Las terapias no farmacológicas son objeto de formación continua de los terapeutas ocupacionales, psicólogos, fisioterapeutas y TASOC (Técnico en Animación Sociocultural) de este grupo, en el que trabajan la aplicación de tratamientos que previenen alteraciones conductuales y mejoran la autoestima y la socialización, lo que ayuda a la eliminación de sujeciones. El desarrollo de estos tratamientos promueve, además, el entretenimiento y la diversión y, al suponer actividades grupales, favorece la conexión con el entorno.
"El objetivo final es convertir las residencias en verdaderos hogares para los mayores, intentando que la mirada, la valoración y la atención profesional se realice desde la consideración de personas a las que hay que apoyar para que sigan manteniendo su autonomía y controlen su propia vida", ha explicado Albertia Servicios Sociosanitarios.
Junto a la psicoestimulación cognitiva, la validación y las intervenciones intergeneracionales, en las residencias de Albertia se desarrollan terapias no farmacológicas de entrenamiento en actividades de la vida diaria, reminiscencia, estimulación sensorial, ejercicio físico, huerto terapéutico, arteterapia, terapia recreativa, masaje y tacto, y musicoterapia, desde el respeto a la dignidad e individualidad de los mayores. Al igual que se realizan programas de apoyo a cuidadores e intervenciones respiro.
Para el desarrollo de estas terapias no farmacológicas, Albertia cuenta con la colaboración de entidades de prestigio en el sector como la Fundación Siel Bleu, con la que desarrolla programas de actividad física adaptada. Asimismo, cuenta con Terapia de Estimulación Emocional T2E (trabaja específicamente con emociones y estados de ánimo) y proyecto de cuidados en demencias sin sujeciones a través de la Fundación María Wolff.
El Cuerpo Canino Terapéutico Lincoln y PsicoAnimal colaboran, también, en la Terapia Asistida con Animales, así como el mago Agustín Leal lo hace en el Taller de Magia y la Escuela de Movimiento Elena Arroyo en la clases de Baile Adaptado.
La demencia en la que intervienen estas terapias es un proceso largo que puede llegar a durar más de 20 años. En todas sus fases, recuerda el grupo Albertia, y en especial en las personas con mayor afectación, resulta fundamental cubrir sus necesidades básicas de bienestar, movimiento, dignidad, interacción social y derechos fundamentales.
Estas necesidades deben ser satisfechas, defiende el grupo de servicios sociosanitarios, teniendo presente que las personas con demencia poseen capacidad de aprender, pensar, experimentar sensaciones y sentirse amadas y cuidadas. El empleo de medicamentos, aunque enlentece el avance de algunos síntomas, tiene en el tratamiento de la demencia una afectividad limitada.
El grupo Albertia, creado en 2011, gestiona residencias, centros de día y apartamentos tutelados en diferentes comunidades autónomas, y presta servicios de atención a más de 1.600 personas dependientes.