Las primeras residencias de Amavir en llevar a cabo estas prácticas en el 2018, han sido las residencias de Oblatas, Multiva e Ibañeta, durante los últimos días del mes de junio.
En el mes de agosto serán las de Betelu y Argaray las que reciban a los pequeños.
Acuden a estos campamentos los niños con edades comprendidas entre los 6 y 12 años. Los asistentes son bien hijos, nietos de los trabajadores y/o también familiares de los residentes.
Estos programas favorecen el envejecimiento activo y los jóvenes, en este caso niños, tienden a desarrollar su personalidad, ser más sociables y afectivos.
Las tareas que desempeñan durante los días que dura el campamento son variadas, desde excursiones por el campo, salidas al exterior de la residencia, trabajo manuales, juegos, bingos intergeneracional. Siempre respetando el horario de las personas mayores.
En estos días que están los niños en la residencia los mayores se sienten acompañados. El realizar trabajos conjuntamente hace que ambos se enriquezcan. El mayor se une a la alegría de los pequeños y éstos se familiarizan con los residentes y comprenden, desde la perspectiva de su edad, a los mayores.
El IMSERSO en su Libro 23 Colección de Estudios Sociales, además de analizar los distintos tipos de programas existentes sobre el Envejecimiento Activo, hace hincapié sobre la gran importancia de la aportación mutua de los grupos intergeneracionales en la riqueza de sentimientos, de vivencias, en aprender todos cosas que ignoraban debido a la edad de cada uno.
La experiencia de las vidas de los residentes, sus historias,..., encandilan muchas veces a los niños.
Amavir desde hace años ha apostado por estos campamentos de verano para niños, por lograr la vivencia intergeneracional.