DomusVi incorpora impresoras 3D en sus cocinas para mejorar la alimentación de los mayores preservando las características visuales de los alimentos, lo que hace más atractivos los platos y facilita su buena aceptación entre los residentes.
Las impresoras 3D para cocina que ha incorporado DomusVi permiten dar una forma realista a alimentos texturizados y triturados, necesarios para algunas personas mayores con problemas de salud, masticación o deglución.
De este modo, los residentes sujetos a estas dietas dejarán de ver en su plato un puré y se sentarán ante algunos de sus alimentos preferidos o ante formas más atractivas sin comprometer su dieta.
Las impresoras 3D para alimentación que ha incorporado DomusVi a sus centros residenciales permiten presentar la comida texturizada con la forma que se elija. Basta con cargar en la máquina un dibujo en tres dimensiones y la impresora se encargará de reproducirlo mediante capas de comida texturizada que previamente se ha cargado en unos cartuchos que la impresora dosifica automáticamente para realizar la forma o dibujo deseado.
El funcionamiento de la impresora 3D para alimentación recuerda a una manga pastelera, aunque en este caso es la máquina, y no una persona, la que realiza el dibujo o las formas que hayan elegido los responsables de nutrición de cada centro.
“La apariencia atractiva de los platos no solo predispone a una mayor satisfacción con la comida, sino que favorece la ingesta de los mismos”, explica Nekane Cárdenas, nutricionista de DomusVi. “La alimentación de las personas mayores se asocia muchas veces a adjetivos como rutinaria, no atractiva, aburrida, poco imaginativa o especial”, reconoce, “por lo que en DomusVi trabajamos para romper esa visión y ofrecer una equilibrada y correcta alimentación compatible con el disfrute y la experiencia sensorial de la comida”.
En 2013, DomusVi incorporó a sus residencias la comida texturizada, alimentos triturados hasta obtener un espeso puré que permiten no renunciar a ningún ingrediente gracias a su adaptación a las necesidades de algunos residentes.
La medida permitió adecuar los platos del menú a la capacidad masticatoria o deglutoria de algunos residentes sin aumentar el tamaño de la ración y sin modificar el sabor, aunque el aspecto sí se puede ver perjudicado.
Ahora, con la incorporación de impresoras 3D en las cocinas, DomusVi da un paso más y evitará renunciar al aspecto de los alimentos. La residencia DomusVi Bonanova, en Barcelona, ha sido el primer centro en incorporar esta tecnología, que el Grupo prevé extender a otros centros de la red de 165 residencias e instituciones de atención diurna con los que cuenta en España, y que suman más de 24.000 plazas residenciales.