El Gobierno prevé aprobar este año el Plan Nacional de Alzheimer para un periodo que abarca cinco años, en el seno del Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, donde están representadas todas las comunidades autónomas. Asimismo, espera contar con presupuesto para aplicarlo.
Así lo ha explicado el Ejecutivo en respuesta escrita a los diputados de UPN en el Congreso Íñigo Alli y Carlos Casimiro Salvador, en la que ha señalado que este plan "está previsto que despliegue su acción durante el periodo 2018-2022, contando para ello con las correspondientes asignaciones presupuestarias para llevarlo a cabo. Los recursos estatales se coordinarán a través del Grupo Estatal de Demencias".
Para ello, un borrador del Plan Nacional de Alzheimer 2018-2022, elaborado, también, por el Grupo Estatal de Demencias, ya ha sido presentado para su debate y mejora a diferentes actores de la sociedad civil. Al igual que ha sido enviado a distintos ministerios para su informe y observaciones, ha detallado el Gobierno en su contestación a los diputados del partido navarro.
Este borrador será presentado a las comunidades autónomas a través de la Comisión Delegada del Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, para ser aprobado, después, en el seno de este órgano. Tras ello, corresponderá al Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) impulsar las medidas del plan en coordinación con las administraciones autonómicas.
El futuro Plan Nacional de Alzheimer "ofrecerá a la sociedad española una respuesta a la realidad social de esta enfermedad”, ha afirmado la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, con motivo de la celebración del Día Mundial del Alzheimer el 21 de septiembre.
Para la ministra, en línea con la aprobación de este plan en 2018 que el Gobierno ha anunciado por escrito, el Alzheimer representa uno de los retos más importantes a los que se enfrentan las sociedades actuales, "aún más, si cabe, la sociedad española, dada la elevada tasa de envejecimiento de su población y la alta prevalencia de la enfermedad en los colectivos de mayor edad”.
En España, la prevalencia de esta enfermedad es del 0,05 por ciento entre las personas de 40 a 65 años; del 1,07 por ciento entre las de 65 a 69 años; 3,4 por ciento en los 70-74 años; 6,9 por ciento en los 75-79 años; 12,1 por ciento en los 80-84; 20,1 por ciento en los 85-89; y del 39,2 por ciento entre los mayores de 90 años, según datos facilitados por el Ministerio.
De acuerdo con estos datos, el número de enfermos de Alzheimer en España supera las 700.000 personas. Y se estima que en 2050 el número de personas que lo padecen se duplique y se acerque a los dos millones de personas.
Por ello, Carcedo ha asegurado que “el abordaje del Alzheimer es un problema sanitario de primer orden”, frente al que el Plan Nacional 2018-2022 pretende mejorar el conocimiento relativo a la dimensión y las necesidades de los pacientes y de sus cuidadores familiares, además de otros aspectos como la investigación biomédica y sociosanitaria, y la innovación en soluciones y respuestas.
En este marco, los principales objetivos del plan señalados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social son reducir el impacto de la enfermedad, a través de la mejora de la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores familiares, y el ejercicio de todos sus derechos; favorecer el mantenimiento del enfermo en su entorno natural el mayor tiempo posible, mediante la promoción de su autonomía y participación, e involucrar a la sociedad en la respuesta a los retos que plantea la enfermedad, lo que permitirá eliminar situaciones de rechazo, exclusión y estigmatización.
Con estos objetivos, a la hora de implementar las medidas necesarias, se seguirán cuatro ejes vertebradores, que son la sensibilización, concienciación y transformación del entorno, con la modificación de la percepción y consideración de la sociedad hacia la enfermedad; una atención sociosanitaria integrada en los ámbitos de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento; el valor del cuidador para incrementar su consideración social y la mejora de las condiciones en las que desempeñan su labor; y el impulso de la investigación, conocimiento e innovación.