Si le preguntas a Pepi, una vecina de Jaén de 85 años, con discapacidad física, sobre cómo le gustaría que la definiesen, o qué palabra la define mejor, su respuesta es clara: “Yo soy yo”.
En el Día Internacional de las Personas Mayores que estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 1 de octubre, desde el Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs) se lanza una campaña de concienciación social que refleja los deseos de las personas mayores usuarias de los centros y servicios de los miembros de CEAPs.
Hay centenares de conferencias sobre el envejecimiento de la población y datos estadísticos que avalan la longevidad, pero no existe un debate claro y estructurado de cómo hacer frente a esta buena noticia, que somos el segundo país del mundo con una mejor esperanza de vida. Por ello, desde CEAPs defendemos la flexibilidad del modelo de atención a las personas centrado en la Historia de Vida, donde sí tienen LA PALABRA.
“Falta que las ‘Pepis’ nos digan: ¿no piensas cómo vas a ser tú cuando seas mayor?”, afirma Cinta Pascual, presidenta del Círculo.
La Ley de Dependencia reconoce derechos pero, ¿los garantiza?
Según los datos del SISAAD de julio del 2018, en España 134.325 personas en el limbo y otras 331.802 pendientes de otorgar ayudas. Es decir, casi medio millón de personas a la espera de servicios.
Desde CEAPs, más que criticar estos datos, queremos ponerlos en valor, hacer propuestas reales y validas al Ministerio y a todos los gobiernos autonómicos, con el objetivo de buscar soluciones conjuntas que ponga a la persona al centro del sistema, y que ésta reciba servicios profesionales y de calidad.
Actualmente, 392.031 familias reciben ayudas a los cuidados familiares, Estos datos son incomprensibles teniendo en cuenta que la Ley dice que tiene que ser una excepcionalidad, y penaliza a las comunidades que tienen un mayor número de cuidadores en el entorno familiar y, sin embargo, con un importe medio de 160 euros, más de 60 millones de euros se utilizan en esta prestación. De hecho, se estima que más del 50% van directamente a la economía sumergida, contratando personal sin seguridad social y sin papeles. Y, ¿se le pregunta a la persona dependiente si quiere ese servicio?
Porque, a diferencia de lo que se cree, esta prestación no garantiza que las personas dependientes estén bien atendidas. Los cuidadores no profesionales carecen de formación, no sólo profesional, sino de autocuidado, psicológica y ética.
El 40,6% de las personas mayores de 65 años en España viven solas y año a año envejecen mejor. El aumento de la esperanza de vida conlleva que cada vez haya más personas mayores en España. El uso de tecnologías y soluciones avanzadas puede facilitar su vida en un hogar que debe ser cada vez más digitalizado.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada diez personas mayores sufre malos tratos, pero solo una mínima parte los denuncia. Las personas con demencia avanzada son las más vulnerables porque no pueden contar lo que les sucede. Maltrato no sólo físico, sino psicológico, farmacológico y económico.
La paradoja es que, a diferencia de lo que se cree, éste se produce mayoritariamente en el ámbito familiar, por parte de las parejas y, en el caso de las personas con algún tipo de dependencia, por parte de los cuidadores no profesionales.
En los ámbitos de atención profesionalizada es donde menos situaciones de maltrato se producen y donde la ética está más presente y se castiga el comportamiento de violencia de cualquier tipo que pueda existir.
¿Se ofrece lo mismo a un joven de 20 que a un hombre de 65? ¿Tienen las mismas necesidades, los mismos gustos, la realidad física, social y económica?
Si un veinteañero no es igual que una persona en edad de jubilación, no es posible ofrecer las mismas políticas, trabajar en la globalidad sin pensar en cada persona.
Por ello, en CEAPs “creemos en un modelo que parta de la Historia de Vida de la Persona y de sus propios deseos”. Que responda a las necesidades asistenciales y de los Servicios Sociales.
Un modelo que para que sea efectivo debe partir de la FLEXIBILIDAD y que se adapte a las necesidades de las personas según siga la evolución de su proceso natural de envejecimiento.
La investigación, la innovación, la calidad y sobre todo el RESPETO A LOS DESEOS de las personas mayores son las claves para que las ‘Pepis’ puedan seguir diciendo “YO SOY YO”.