Con la edad perdemos facultades, físicas y mentales.
En el artículo sobre las METAS, decíamos que el mayor, el anciano, debe fijarse metas, nuevas metas para que su vida, nuestra vida, tenga sentido, merezca la pena.
En el capítulo de la ACTITUD, hablábamos de cómo teniendo metas y manteniendo una actitud positiva, nos vamos a sentir mejor. Esos dos pilares harán que nuestra AUTOESTIMA, tercer pilar, tercera pata de nuestra mesa del éxito, mejore, aumente.
La palabra autoestima significa quererse a uno mismo, valorarse. Cuando nos hacemos mayores perdemos facultades, físicas y mentales, pero no valemos menos. Tenemos otras facultades y competencias que no tenemos en la juventud: experiencia, visión más amplia de la vida, patrimonio, conocimientos, valores...
¿Qué podemos hacer para mantener y aumentar nuestra valía, nuestra autoestima?
OBSERVAR. Dedica 5 minutos al día a ver qué pasa, cómo funcionan las cosas, qué hace la gente, cómo amaneces. Cuando te acuestes, revisa lo que te ha llamado la atención a lo largo del día.
LEER. Si eres un buen lector y te gusta leer, aprovecha un tiempo para hacerlo. Si no te gusta, prueba con algo ameno: un cuento, una novela, el periódico... Dedica unos minutos a leer todos los días.
ESCUCHAR. Hay personas que creen que es muy importante hablar, hablar mucho, sin escuchar a su interlocutor o a sus amigos o compañeros; y de hecho dicen " yo soy un buen conversador, hablo mucho, conmigo nadie se aburre. Esto puede ser un error; a veces la gente huye de los charlatanes. Es muy bueno escuchar a los demás. Escuchando se aprende y, además, la persona con la que hablas se siente halagada, comprendida. Si eres de esos que hablas mucho, prueba cada día a escuchar y verás cómo la gente se siente cómoda contigo.
ESTUDIAR. Saca tus deseos de aprender. A los sesenta, a los setenta y a los ochenta, puedes estudiar, incluso una carrera que te gustaría haber estudiado de joven, Hay centros, universidades, estudios online, por internet, que puedes hacer.
HACER EJERCICIO: físico y mental.
Ejercicio físico: aún estando en silla de ruedas o postrado en la cama, puedes hacer ejercicio físico. Puedes mover las manos los brazos, la cabeza. Si puedes caminar, hazlo diariamente. Si tienes que subir cinco pisos, hazlo por la escalera; ahorrarás energía y te sentirás bien. Juega a la petanca, camina por la casa, haz flexiones, anímate a ir a bailes, aprende a tocar un instrumento, haz manualidades…el ejercicio físico estimula la mente y si lo haces acompañado, mejor, porque compartes con compañeros tus experiencias.
Ejercicio mental: La estimulación cognitiva, el ejercicio mental, nos mantiene activos, desarrolla nuestras neuronas, detiene, retrasa las enfermedades mentales: lee, estudia, haz crucigramas, sudokus, juega a las cartas, juega a acertijos con tus nietos, acude a mini-terapias que haya de personas mayores (donde expreséis los sentimientos, éxitos…). Al final del día analiza el ejercicio que has hecho y cómo te has sentido.
CUIDA LA IMAGEN CORPORAL. “Arréglate. Ponte guapo/a, es importante para aumentar nuestra autoestima”.
AYUDA A LA GENTE. Si estás en una residencia, empuja la silla de ruedas de un compañero. Si vas en el metro, cede tu asiento a alguien que lo necesite, escucha con atención a alguien que necesita hablar.
SER AUTÓNOMO. Los mayores tenemos que buscar mantener la autonomía: calzarnos, vestirnos, caminar, hacernos la cama, asearnos, poner la mesa, hacernos la comida... Mientras podamos, no permitir que otros nos lo hagan. Mantener nuestra autonomía a prueba de bomba, cueste lo que cueste. Tenemos manos, lo que puede hacer uno lo puede hacer otro. Tenemos piernas, si no estamos impedidos, caminemos.
Ser autónomos debe ser uno de nuestros objetivos, de nuestras metas más importantes. Examina tu día para ver en qué momentos has consentido que otros hicieran por ti lo que podías hacer tú mismo.
TOMA DECISIONES. A veces, por comodidad, dejamos que otros tomen decisiones que nosotros podríamos tomar: ir al banco, revisar las cuentas, pagar una factura, salir de casa...Somos mayores, no impedidos.
Por último, me gustaría hablar a grandes rasgos de la MEMORIA, porque el tener una buena memoria nos da confianza, aumenta nuestra autoestima. Existen algunas ideas sobre la memoria bastante extendidas:
Puede ocurrir que a la persona le cueste trabajo y esfuerzo concretar qué hacer para memorizar una información, para ello es muy útil observar lo que piensan y lo que hacen desde el primer momento en el que se enfrentan a lo que quieren aprender.
Una vez que la persona se ha parado a pensar sobre su propia memoria, podrá integrar de forma más útil y perdurable la nueva información.
Existen dos tipos de memoria: memoria a corto plazo (MCP) y memoria a largo plazo (MLP).
Me gustaría dejar claro que no son estructuras independientes; sino pasos de un mismo proceso que permiten utilizar esta capacidad en función de nuestras necesidades.
En el Instituto Pascal insistimos en la necesidad de establecer asociaciones para recordar durante más tiempo la información. Enseñamos diferentes mnemotecnias para que se nos queden mejor ciertos datos.
Entre estas herramientas, contamos con la técnica de la cadena, técnica de los lugares, técnica numérica, etc.
Te animamos una vez más a que acudas a nuestra participación en el II Congreso Nacional de Gestión de la Dependencia el día 19 de febrero, donde hablaremos más en profundidad de estas actividades y de los aspectos que más influyen en el olvido.
Te esperamos.
José Pascual Martín
Director General del Instituto Pascal