“Como en España, en ningún sitio”. Esta frase no es un refrán y tampoco un eslogan publicitario, sino algo que muchos españoles (y extranjeros) dicen a menudo para presumir de país. No es para menos: la calidad de vida de la que goza España es difícilmente alcanzable por otras naciones, algo que ya está impactando en la esperanza de vida en el país.
En la actualidad, las mujeres españolas tienen una esperanza de vida al nacer de 85,7 años. La de los hombres es de 80,4 años. En un siglo se ha llegado a duplicar. Y aunque será difícil que en los próximos 100 años se duplique de nuevo, dado el aparente límite intrínseco al ser humano -ubicado por algunos expertos en torno a los 120 años-, sí seguirá creciendo hasta hacer de España el país más longevo del mundo en la década de 2050, según las previsiones que se barajan en la actualidad.
Estos y otros datos sobre esperanza de vida en España se arrojan en un informe del CSIC que destaca, por ejemplo, que solo Francia supera al país ibérico en esperanza de vida adicional a los 65 años: algo más de 19 años para los hombres y 23 años para las mujeres. De ahí que cada vez más voces alienten el llamado ‘envejecimiento activo’, que trata de dotar de una nueva juventud a una etapa de la vida en la que cada vez más personas gozan de bienestar físico y mental, unido a la tranquilidad que aporta dejar atrás la vida laboral y poder disfrutar de su tiempo y de su familia.
Sin embargo, esta esperanza de vida adicional no siempre está exenta de problemas de salud. Según los datos que maneja el informe del CSIC, el 53,7 % del tiempo que vivan los hombres mayores de 65 años será con buena salud, frente al 44 % de las mujeres. Todo ello a pesar de la ya citada mayor longevidad de las mujeres.
Los problemas de salud más frecuentes entre las personas mayores en España varían por sexos. Mientras que las mujeres sufren más la artrosis y la depresión, los hombres sufren bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, en ambos casos dolencias íntimamente relacionadas con el consumo de tabaco a lo largo de la vida, algo de lo que las mujeres se han librado hasta ahora, cuando el número de fumadoras se ha incrementado con el paso de los años (lo que llevará a muchas mujeres a sufrir estas mismas dolencias que los hombres en el futuro).
Además, el 22,8 % de las personas mayores tiene diabetes en España, con una proporción similar entre hombres y mujeres -apenas 5 puntos de diferencia-. Otro 22,2 % de los mayores padecen obesidad. El 41,5 % tiene sobrepeso. El fenómeno es común a casi todas las franjas etarias de España, con un mínimo cercano al 10 % entre los más jóvenes. El problema está más relacionado con una inadecuada alimentación y el escaso nivel de ejercicio físico que con la edad, aunque conforme se ganan años hay diversos factores, algunos de ellos citados en el informe (como genética, antecedentes familiares o problemas de salud), que incrementan este porcentaje.
A pesar de ello, los mayores tienen una buena percepción de su estado de salud general. Así, el 45,4 % de los mayores percibe su salud como buena o muy buena, aunque entre los menores de 65 años el porcentaje de personas que definen de este modo su estado supera el 80 %. Conforme se avanza en las franjas de edad, la valoración de la propia salud es más negativa, según se aprecia en el informe.