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10 consejos de la Fundación Pasqual Maragall para disfrutar del verano a pesar del Alzheimer

La Fundación Pasqual Maragall da consejos para disfrutar del verano a pesar del Alzheimer, tanto el paciente como sus familiares o cuidadores.
Martes 25 de junio de 2019

La Fundación Pasqual Maragall ha difundido 10 consejos para que tanto las personas con Alzheimer como sus cuidadores y familiares puedan disfrutar del verano.

La Fundación Pasqual Maragall ha querido recordar a la sociedad la importancia de desconectar en verano a pesar de vivir con Alzheimer o cuidar a una persona que lo padece, y para ello ha publicado 10 consejos para disfrutar de las vacaciones a pesar de la enfermedad.

“El verano ofrece diversas opciones que podemos convertir en oportunidades, garantizando el bienestar de la persona enferma y facilitando que el cuidador pueda descansar y tener su propio tiempo de ocio”, ha explicado la doctora Nina Gramunt, neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall.

La doctora Gramunt marca diferencias respecto al grado de enfermedad que padezca cada persona, lo que influye directamente en sus posibilidades de disfrutar de un periodo de descanso estival. “En la fase leve, los viajes o los cambios temporales de entorno no suelen representar un problema siempre que planifiquemos y gestionemos las vacaciones adecuadamente”, explica. No obstante, “con el avance de la enfermedad, viajar puede comportar más trasiego que beneficios, pero con las precauciones adecuadas, y según las particularidades de cada caso, se podrán valorar posibilidades para poder disfrutar de unos días diferentes”, añade.

Consejos de la Fundación Pasqual Maragall para las vacaciones de personas con Alzheimer

Para facilitar el cambio de aires, la Fundación Pasqual Maragall recomienda, como primer consejo, consultar a los profesionales ante cualquier duda que tengan los familiares o cuidadores, ya que solo ellos podrán realizar la recomendación que mejor se ajuste a las necesidades del paciente. Esta comunicación entre los familiares y el médico debe complementarse con una buena comunicación familiar que permita a las partes llegar a acuerdos para repartir responsabilidades entre los miembros y así facilitar a todos el descanso y la desconexión. Es otro de los consejos que aporta la Fundación, y que complementa con otro consejo: evitar las confrontaciones, frecuentes en verano por el aumento del tiempo que los familiares pasan juntos y en espacios más reducidos de lo habitual (como una habitación de hotel o un coche), pero que pueden perjudicar al paciente de Alzheimer. La Fundación recuerda que, aunque el paciente no llegue a recordar la discusión, durante el transcurso de la misma sentirá emociones que pueden repercutir de forma negativa en su salud y bienestar.

Otro consejo que aportan es facilitar el proceso de adaptación del enfermo de Alzheimer al nuevo entorno, ya que los cambios pueden afectar negativamente a estas personas al producir, por ejemplo, desorientación. Por ello, es importante facilitar en lo posible la adaptación retirando muebles que puedan suponer un peligro, dejando luces encendida o colocando elementos conocidos por el paciente en lugares en los que suelen estar, con el objetivo, en este caso, de crear una atmósfera más acogedora. También es importante proteger del calor al paciente para evitar otros problemas de salud. La Fundación Pasqual Maragall recomienda, asimismo, colocar al paciente una pulsera con sus datos personas o incluso un dispositivo GPS para evitar que la desorientación pueda poner en peligro a la persona.

Fundación Pasqual Maragall da consejos para disfrutar del verano a pesar del Alzheimer

A pesar de ello, el entorno también debe adaptarse a la persona con Alzheimer en la medida de lo posible. La Fundación recomienda notificar al alojamiento o al servicio de transporte las necesidades especiales del paciente para que puedan facilitar su estancia o viaje. En caso de que el paciente vaya a convivir con otras personas, los familiares directos deberán comunicarles la situación para que también puedan colaborar en su proceso de adaptación. En este sentido, otro de los consejos es mantener hábitos asumidos por el paciente, como son las rutinas o los horarios de comidas o de sueño, de manera que el cambio de aires no interfiera en su día a día.

En relación con este punto está otro de los consejos: evitar un exceso de compromisos sociales. Si bien es cierto que en verano se aprovecha para realizar más actividades, debe existir un equilibrio entre estos momentos de disrupción y los hábitos para no aturdir al paciente con una sucesión de cambios de entorno y compañías. La otra cara de la moneda es la necesaria desconexión del cuidador habitual, quien sí podrá y deberá potenciar su vida social durante el verano para evitar el frecuente aislamiento en el que caen estas personas, que dedican gran parte de su existencia a cuidar del paciente con Alzheimer. Es otro de los consejos de la Fundación, que recuerda que es posible y deseable disfrutar del verano, algo en lo que no debe caber culpabilidad por parte del cuidador en ningún momento.

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