Fundación Casaverde ha difundido 10 claves para entender el ictus en España, una enfermedad que afecta a 120.000 personas cada año en el país y que es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones.
Con motivo del Día Mundial del Ictus, celebrado el 29 de octubre y establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Fundación Casaverde ha publicado el Decálogo del Ictus, un documento con 10 claves para entender el ictus y conocer mejor cómo prevenir esta enfermedad, altamente incapacitante.
Entre las claves del ictus de Fundación Casaverde están las estadísticas, que además de comentar cómo afecta por sexo también implican saber que es la primera causa de discapacidad adquirida en España. El Decálogo subraya el hecho de que la enfermedad cada vez afecta a personas más jóvenes, con lo que conlleva para su calidad de vida.
El ictus se puede prevenir en más del 80 % de los casos con una mezcla de dieta sana, ejercicio físico, control de la tensión arterial y no fumar. En aquellos casos en los que no haya sido posible la prevención, la actuación temprana será clave para evitar graves secuelas. Por eso el Decálogo del Ictus destaca la importancia de que la población conozca los síntomas del ictus, como son el dolor súbito de cabeza, la debilidad muscular, la pérdida de visión, oído u olfato, o la dificultad para hablar o mover extremidades (que se notarán con entumecimiento), entre otros.
Ante síntomas similares, cualquier persona puede realizar una evaluación que permita detectar si se trata de un ictus. Bastará con solicitar al paciente que mueva las extremidades o conteste a preguntas básicas mientras se observa si se le tuerce la cara o presenta alguna dificultad para responder con normalidad. Ante cualquier duda, por pequeña que sea, hay que llamar a emergencias y alertar de la posibilidad de que el paciente esté sufriendo un episodio. Los profesionales sanitarios determinarán si es necesario activar el Código Ictus.
El Decálogo alaba la aprobación, a finales de 2008, de la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud, lo que ha permitido mejorar significativamente la organización y atención sanitaria ante un ictus. Asimismo, la creación de Unidades de Ictus y la mejora de la formación de los profesionales sanitarios han permitido tratar a un 20 % de los pacientes mediante trombólisis intravenosa, desde el 3 % anterior al establecimiento de esta estrategia.
La mortalidad se ha reducido en un 50 % en esta década, según explica Fundación Casaverde en el Decálogo. Pero también destaca la desigualdad que existe a la hora de activar el Código Ictus: los hospitales de mayor tamaño estar mejor preparados que los centros sanitarios de inferior magnitud, lo que, a su vez, es reflejo del lugar en que se ubiquen.
Una vez acontecido el accidente, los servicios de atención primaria, explica el Decálogo, serán los encargados de realizar el seguimiento al paciente, sin perjuicio del trabajo de los distintos especialistas (neurólogos, fisioterapeutas, logopedas, neurorrehabilitadores, etc.). El objetivo será reducir el grado de discapacidad en la medida de lo posible, así como mejorar la calidad de vida del paciente y trabajar para prevenir que aparezca un nuevo episodio.
“La rehabilitación debe verse como una inversión, no como un gasto”, explica el Decálogo, que destaca que “el gasto económico de la atención a la enfermedad se incrementa conforme aumenta la discapacidad y la dependencia”, por lo que la prevención del ictus requiere recursos que permitan hacerla efectiva para que esta estrategia funcione.