Las salas multisensoriales siguen ganando espacio en residencias de mayores y centros de día. La combinación de tecnologías y elementos multimedia de estos lugares permite diseñar terapias de estimulación cognitiva que han demostrado científicamente sus beneficios para pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
Según explica Nair Alcocer, asesora en Tecnología de BJ Adaptaciones, las salas multisensoriales “son entornos de estímulos regulados que mejoran el estado emocional y conductual de las personas”, por lo que constituyen “un apoyo a la medicación” y una disminución del uso “de medidas de contención físicas y químicas”. En otras palabras: las salas multisensoriales ponen fin a las sujeciones en algunos casos, lo cual reviste a estos entornos de capacidades aún mayores para beneficiar a los usuarios.
En las salas multisensoriales se combinan elementos multimedia para ‘despertar’ los sentidos. Así, las salas con tecnología SHX combinan el uso de imágenes, vídeo, sonidos, luces, música o vibración del mobiliario para adaptarse a las necesidades de cada persona. Al tratarse de entornos inmersivos e interactivos, el usuario, siempre guiado por un profesional, puede participar de forma activa en la terapia, lo que implica un mayor esfuerzo, pero, a su vez, una forma más eficiente de mejorar. “Las salas multisensoriales ayudan a las personas mayores a volver a la esencia y encontrar un espacio de calma, ya que permiten fácilmente regular el ambiente para llegar a la persona desde lo más esencial, sencillo y primario de las actividades”, afirma Alcocer.
Las salas multisensoriales, al adaptar la terapia a cada persona, “permiten crear ambientes y actividades personalizados, agradables y relevantes” para cada caso particular, destaca Alcocer. “Estas sensaciones agradables y accesibles facilitan la conexión de la persona con su ambiente y la comunicación con sus familiares o cuidadores en un entorno positivo”, añade.
Una de las terapias más habituales consiste en adaptar el entorno a la experiencia vital del usuario. Así, se recurre a materiales que evocan su propia historia, con “fotos familiares, músicas y canciones, programas de radio y televisión antiguos” o cualquier otro recurso que permite retrotraer a la persona a etapas de su vida en las que reinaba la felicidad y autonomía. “De esta forma, se facilita la conexión con sus recuerdos, proporcionándoles el placer de revivir momentos gratificantes de una forma intensa y, en base a estas vivencias, incidir en otros aspectos cognitivos”, detalla la experta de BJ Adaptaciones.
La utilidad de estas terapias, por ejemplo en el caso anterior, reside en la facilidad para que los mayores reconozcan las imágenes e interactúen con ellas. Todo ello a modo de juego y en un ambiente distendido y diferente del habitual en la residencia de mayores o centro de día. Con ello se consigue “llevar a cabo una estimulación cognitiva adaptada a las capacidades y limitaciones propias de cada persona y etapa”, destaca Alcocer.
Se ha demostrado que las salas multisensoriales son útiles para la mejora de la atención, memoria, habla, lenguaje, capacidades psicomotoras o respiración, así como en la concentración, categorización, anticipación, asociación o discriminación. Aunque las opciones de cada sala multisensorial dependen de los objetivos y necesidades de cada centro. Por eso, la experta destaca que BJ Adaptaciones diseña de forma personalizada las salas multisensoriales para adaptarlas a las necesidades particulares de cada empresa.
De ahí que la compañía se haya convertido en la líder en la construcción de salas multisensoriales para residencias de mayores y centros de día, que cada vez, con más frecuencia, disponen de una para complementar y mejorar los tratamientos y terapias que ofrecen a sus usuarios y familiares.