¿A qué se dedica la Fundación Alicia y Guillermo?
A las personas mayores, a trabajar con ellas y para ellas con el objetivo de mejorar su bienestar físico, cultural…
¿De dónde viene el nombre?
Es una fundación mortis causa, y además es la historia de mi amistad con la fundadora, una funcionaria fallecida en 2013. Tenía dos hijos, llamados Alicia y Guillermo, que fallecieron antes que ella. Decidió, con un poco de dinero que dejó en su testamento, y dado que estaba sola en el mundo y que había tenido una vida austera, porque se pasó la vida ahorrando para que Alicia pudiera cuidar en el futuro a Guillermo, que tenía problemas, hacer una fundación para ocuparse de personas mayores. El nombre es homenaje a sus hijos. En 2014 terminamos de constituir su vivienda en nuestras oficinas, donde también organizamos los talleres. En 2015 ya empezamos a funcionar a pleno rendimiento.
¿En qué áreas trabaja la Fundación?
Tenemos tres grandes programas con diferentes proyectos. Uno es de voluntariado, en el que se apoya a las personas mayores en temas de soledad no deseada, principalmente, con acompañamiento individual en domicilios o grupal en residencias, así como acompañamiento a citas médicas o gestiones.
Hay un subprograma, llamado ‘Mayores Contigo’, en el que los voluntarios son los mayores, que apoyan a niños con tareas escolares, alfabetización de adultos, protectoras de animales… Se basa en poner en valor la experiencia que tienen los mayores y que pueden poner al servicio de la sociedad.
Otro programa es de envejecimiento activo, llamado ‘Club Vitalmente’, con talleres que proponemos o un club en el que los mayores autogestionan visitas a exposiciones, museos, al teatro, etc. Nosotros estamos radicados en Madrid y, por nuestros estatutos, nuestra labor tiene que desarrollarse en la Comunidad de Madrid, ya que así lo quiso la fundadora. Pero eso no quita que podamos hacer actividades fuera de esta comunidad.
Por último, tenemos un programa de Innovación Social con dos grandes proyectos: ConviveMujer, un proyecto de convivencia intergeneracional entre mujeres para paliar soledad y facilitar el acceso a un alojamiento a los jóvenes, con el objetivo de que convivan mayores propietarios de una casa con jóvenes o mayores, que compartan la vida y las vivencias, incluso pactando el tiempo mínimo que pasarán juntas. Por otro lado, tenemos el DomoMayor, nuestro programa tecnológico para poner la tecnología al servicio de los mayores.
¿Qué es exactamente DomoMayor?
Es un programa, financiado en parte por la Comunidad de Madrid, que ha comenzado como piloto en tres viviendas de personas mayores, y que busca que la casa dé información no intrusiva de lo que sucede dentro. No se controla a la persona, solo se busca saber si ocurre alguna emergencia, siendo el sistema el que da el aviso. Por ahora lo hacemos con voluntarios, cuyos familiares reciben un aviso en el móvil en caso de detectarse alguna anomalía. Por ejemplo, si tu familiar se levanta a las 10 todos los días y son las 12 y no hay signos de que lo haya hecho, se envía un aviso, porque puede estar pasando algo. Y el voluntario o familiar interviene para ver qué está ocurriendo.
¿Qué tipo de dispositivos utiliza DomoMayor?
Sobre todo, sensores de presencia, ya que muchas caídas se producen por no tener luz en un momento dado y mientras la persona se dirige al interruptor. También trabajamos para implementar sensores de caídas, incluso creando la tecnología. Y se han automatizado persianas, por ejemplo: pretendemos que los mayores sigan siendo independientes, y con esto conseguimos que, con solo pulsar un botón (y más adelante con la voz), puedan subir y bajar la persiana, ya que ahora muchos de ellos no pueden hacerlo por dificultades físicas.
Detectábamos que, en algunas casas de los mayores, ya que hemos visitado muchas para evaluar, estaban casi en penumbra, lo que también genera tristeza. Y tenemos también detectores de agua o gas, así como control por voz para que se puedan comunicar a través de un dispositivo tipo Alexa o Google Home. Utilizamos tecnología que ya existe, pero lo integramos todo para no sean ‘soluciones parche’: hay un cerebro central que coordina todo. La parte tecnológica la desarrolla la empresa TDS Domótica, S.L.
En la actualidad incluso se está desarrollando tecnología para dar cobertura a circunstancias que los sensores que hay en el mercado no detectan con fiabilidad, como puede ser el tema de las caídas.
¿Se convertirá en el futuro DomoMayor en un servicio de teleasistencia?
DomoMayor es mucho más que un servicio de teleasistencia. Se trata de un sistema hecho a medida de cada persona, teniendo en cuenta sus necesidades y sus costumbres, solo de esta forma se puede ser eficaz para dar seguridad y bienestar a las personas mayores y a sus familias, llegando incluso a prevenir situaciones de riesgo. A través del estudio de patrones de comportamiento individuales, se hace la programación de forma que sea la propia vivienda la que detecte la anomalía y emita las señales de alarma, que serán atendidas en esta fase piloto por familiares y/o vecinos voluntarios. Más adelante se creará un centro de control para atender las alarmas.
¿Tienen alguna fecha prevista para lanzarlo al mercado?
En lo básico, esperamos que sea este mismo año. Pero no es solo la cuestión tecnológica, sino también la humana, que es la que pone la Fundación. Hay que sumar tecnología y factor humano. Será un producto vivo al que se podrán ir incorporando cosas, incluso poder dar a los mayores opciones de ocio a través de dispositivos como el televisor. Hemos detectado que muchas personas no salen a la calle por problemas de movilidad. Si se pueden comunicar a través de la tele o de una tablet, se les dará seguridad y confianza. Será una ‘independencia conectada’.
Nos gustaría destacar que con la crisis sanitaria y la evolución que está sufriendo la pandemia, en la Fundación Alicia y Guillermo nos hemos reinventado y estamos en pleno proceso de acabar con la brecha digital que mantiene a muchas personas mayores aisladas y solas, cuando la tecnología puede ser un gran aliado para mantenerse interconectado con otras personas y para poder seguir realizando actividades de forma on-line. Durante el confinamiento pusimos en marcha algunos talleres a través de plataformas de videoconferencias y tras el éxito obtenido no hemos dejado de investigar cómo hacer la tecnología más accesible para las personas mayores que no tengan conocimientos tecnológicos previos.
Esta parte del DomoMayor verá resultados a fin de año gracias a la iniciativa #PorMadrid2020 que nos ha concedido una pequeña subvención para desarrollar esta faceta del proyecto
¿Saben algo del coste que tendrá el servicio?
No queremos que nadie se quede fuera, por lo que buscaremos la forma de hacer que quien no pueda pagarlo, no se quede sin ello. Pero todavía no estamos en esa fase, primero estamos en el desarrollo de las tecnologías. Además, necesitaremos un servicio activo durante las 24 horas y será difícil cubrirlo con voluntarios, por lo que tendremos que contratar a personal.
¿Qué es el ‘Club Vitalmente’? ¿Cómo se puede inscribir una persona que quiera participar en esas actividades?
A los mayores solo les pedimos que se hagan amigos de la Fundación, que supone hacer un donativo de 90 euros al año y que pueden pagar hasta en tres cuotas. Esto da derecho a los talleres que imparte la Fundación, y el resto de actividades conlleva el coste que tengan, por ejemplo la entrada del teatro o de un museo, aunque, al ser grupos, conseguimos mejores precios.
¿Cuántas personas ya están inscritas en este Club?
Es variable, ya que algunas personas van a unos sitios y otras van a otro lugar, o vienen con amigos un día concreto y pagan esa actividad. Habrá unas 100 personas, aproximadamente.
¿Y cuántos voluntarios tiene la Fundación Alicia y Guillermo?
Alrededor de 120 voluntarios. Aquí todo es intergeneracional: si nuestra meta es derribar estereotipos y barreras por la edad, la mejor forma de demostrarlo es con la intergeneracionalidad. Tenemos voluntarios muy jovencitos que acompañan a los mayores. Hay una conexión maravillosa.