El servicio de teleasistencia en Santander contará con la tecnología y colaboración de Atenzia y Worldline. Las compañías implantarán la solución ‘Senior Care’ en la capital cántabra tras llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Santander.
Senior Care es una solución, aún en pruebas, financiada en el marco del proyecto europeo Horizon2020, junto con el Instituto Nacional Japonés de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (NICT). Su principal objetivo es reforzar la seguridad de los datos que circulan por este tipo de plataformas de teleasistencia, en ocasiones extremadamente sensibles por centrarse en aspectos de salud.
Atenzia y Worldline, una compañía especializada en pagos digitales, han desarrollado una solución que aplica claves criptográficas a la información que se recopila y almacena, de manera que resulta prácticamente imposible interceptar los datos. Todo ello sin comprometer la interoperabilidad de la información recopilada por sensores, un sistema cada vez más frecuente en los servicios de teleasistencia.
Además, Senior Care mejora el acceso de los profesionales al sistema, garantizando en todo caso que solo pueden hacerlo aquellas personas autorizadas. Y utiliza tecnología Blockchain para el intercambio y envío de los datos necesarios para el funcionamiento del servicio, lo que permite garantizar que la información del usuario no ha sido comprometida o alterada en ningún momento.
Y, por si fuera poco, el sistema desarrollado por Atenzia y Worldline utiliza Inteligencia Artificial para mejorar los procesos de eliminación de información que ya no es útil para la prestación del servicio.
De toda esta tecnología se podrán beneficiar los usuarios del servicio de teleasistencia de Santander, que podrán ser monitorizados a través de sensores y dispositivos instalados en el hogar para detectar situaciones de riesgo y atender de forma proactiva las necesidades que pudieran surgir.
La incorporación de tecnología a este servicio permite mejorar los procesos y crear un modelo proactivo que deja atrás el tradicional sistema reactivo, en el que es el usuario quien solicita la ayuda cuando es necesario. Los nuevos servicios de teleasistencia, si bien todavía contemplan esta imprescindible opción, sí incorporan el uso de dispositivos conectados para detectar aquellas situaciones que requieran la intervención de un profesional.