Un médico geriatra será el nuevo médico personal del Papa Francisco, según ha comunicado el Vaticano. Se trata de Roberto Bernabei, un especialista en geriatría de 69 que trabaja en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, el más grande de Roma, el segundo más grande de Italia y uno de los más prestigiosos de Europa.
El doctor Bernabei dirige el Departamento de Ciencias Neurológicas, Ortopédicas y del Envejecimiento en el centro romano. De este modo, es un especialista en geriatría, una especialidad médica que comienza a ubicarse en la sociedad en el lugar que merece conforme la población alcanza mayores cotas de longevidad.
A partir de ahora, y gracias a este nombramiento, el doctor Roberto Bernabei acompañará a Su Santidad el Papa Francisco en ocasiones especiales, como los viajes que realice al extranjero. Quizás su primer viaje sea el que el Papa realizará a Irak entre el 5 y el 8 de marzo, que supone retomar la actividad internacional después de casi un año sin apenas salir del Vaticano.
Hasta enero, el médico personal del Papa Francisco era el doctor Fabrizio Soccorsi, fallecido a los 78 años por complicaciones derivadas de la COVID-19 y de problemas de salud que arrastraba.
Que el nuevo médico personal del Papa Francisco sea un geriatra quizás sirva para vislumbrar mejor la labor de estos profesionales de la medicina, cuyo trabajo se centra en prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar enfermedades frecuentes en personas mayores.
Se desconoce la razón por la que el Vaticano ha elegido al doctor Bernabei como médico del Papa Francisco. El Pontífice tiene 84 años y goza de buena salud, aunque sufre algunos problemas de movilidad derivados de una ciática que su nuevo médico se encargará de tratar en primer lugar, según explican algunos medios.
El Papa Francisco ya ha sido vacunado contra el coronavirus con el fármaco de Pfizer-BioNTech, aunque no se hicieron públicas las imágenes para preservar la privacidad del momento. El Vaticano ha introducido una nueva legislación que prácticamente obligará a su personal a vacunarse, incluso con la posibilidad de ser despedidos en caso de negarse. Un sistema que exploran otros países y regiones, como en España Galicia, para fomentar que la población se vacune contra el coronavirus y se pueda poner fin a la pandemia.