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El coronavirus no ha frenado el apetito inversor en residencias de mayores

Las residencias de mayores son activos rentables en España.
Viernes 09 de julio de 2021

A pesar de que alrededor de 30.000 personas han fallecido en residencias de mayores durante el año que llevamos de pandemia, el sector necesita seguir creciendo para atender a una demanda imparable.

La inversión en residencias de mayores no se ha frenado por la crisis del coronavirus. El sector residencial español es uno de los más dinámicos de Europa, además del que, probablemente, ofrece mayores perspectivas de crecimiento a largo plazo. España está destinada a convertirse en líder mundial en longevidad, lo que supondrá hasta 500.000 camas adicionales necesarias para 2050, según algunos estudios.

Con este contexto en el horizonte, muchos inversores han puesto el foco en las residencias de mayores de España. Grandes grupos internacionales y socimis, además de aseguradoras y pequeños actores emergentes, empiezan a mover ficha para asegurarse un papel de liderazgo en el sector.

Según el informe ‘Radiografía del sector de las residencias para la tercera edad’, elaborado por PwC, esta necesidad de plazas todavía no está siendo cubierta con una inversión alineada con ella. Lo que, por otra parte, ofrece un potencial de crecimiento por encima que el que ofrecen otros mercados en la actualidad.

Las residencias de mayores son activos rentables

Según destaca ‘El Confidencial’ citando un informe de DBK, las residencias de mayores facturan en España alrededor de 4.500 millones de euros al año en la actualidad, con un parque de algo más de 380.000 plazas en unos 5.000 centros. Si se atiende a los datos antes aportados, el país prácticamente necesita duplicar la cantidad actual de plazas, lo que ofrece un potencial de rentabilidad bastante interesante. En la actualidad, los activos residenciales rentan alrededor de un 5 % anual, según datos del sector.

Lo que se observa desde hace tiempo en el sector es que se han separado los caminos entre los propietarios de los centros y sus gestores. Así, las residencias de mayores son objeto de deseo de fondos y socimis que adquieren la propiedad de las instalaciones para alquilárselas a los grandes grupos del sector residencial, encargados de comercializar las plazas y prestar los cuidados. Es de esperar que el mercado continúe por esta senda, habida cuenta de que los principales propietarios buscan ahora salir a bolsa para ganar músculo financiero con el que adquirir instalaciones e incluso impulsar nuevas construcciones.

Residencias de mayores pequeñas, en apuros

Para los grandes grupos, el hecho de centrarse únicamente en la gestión de los centros ahorra la necesidad de acometer importantes inversiones en terrenos, edificación y mantenimiento, al tiempo que crecen con mayor rapidez. Son las pequeñas residencias de mayores las que mayores problemas encuentran, dado que los fondos buscan, por lo general, promociones de mayor tamaño que aumenten, por escala, la rentabilidad en el mercado, lo que conlleva que no estén en primera línea de deseo de los inversores.

Y, en paralelo, tampoco pueden crecer con la suficiente rapidez como para abrirse un hueco mayor en el mercado, dado que los grandes grupos suelen llegar antes. Quizás reconvertirse en pequeñas ‘residencias boutique’ pueda ser una salida, aunque el sector tendría que modernizarse primero, algo que es de esperar que tras la pandemia se consiga: ha forzado cambios que probablemente han venido para quedarse, lo que alumbrará un nuevo sector residencial aún desconocido, pero propicio para protagonizar un crecimiento como nunca antes.

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