La Diputación Foral de Vizcaya propone un nuevo modelo de cuidados de larga duración basado en Unidades de Convivencia. Se trata de estructuras similares a las de las residencias de mayores, en lo que supondría un innovador enfoque a unos cuidados que no han experimentado grandes cambios en los últimos años.
La presentación de este modelo se hizo hace unas semanas en un acto celebrado en Bilbao al que asistieron alrededor de 300 personas del sector de atención a la dependencia, y que estuvo organizado por el Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia.
El objetivo del encuentro era explorar fórmulas que permitan crear un nuevo modelo de cuidados de larga duración que ponga las necesidades de las personas en el centro, similar al que ya están implementando las residencias de mayores.
Con ello, se busca mejorar la calidad de vida de las personas que necesitan cuidados de larga duración, donde las necesidades particulares de cada paciente son más acusadas y determinan el propio curso del enfoque asistencial (o deberían determinarlo, según el nuevo modelo propuesto).
Durante el encuentro, Sergio Murillo, diputado foral de Acción Social, celebró los avances que han permitido incrementar la longevidad de la población, pero pidió “ensanchar” ahora esa vida incrementando su calidad.
Al hilo de ello, propuso el nuevo modelo de cuidados de larga duración, que estará basado en las residencias de mayores y estructurado en unidades de convivencia y en la personalización de los servicios. “La esencia del cuidado, cuando este se prolonga en el tiempo, debe transformarse, pasando de atender exclusivamente necesidades básicas o instrumentales a acompañar personas a maximizar las posibilidades de vivir su proyecto de vida personal de la manera que ellas y ellos deseen”, explicó.
En este sentido, sugirió que las unidades de convivencia favorezcan la atención personalizada en un entorno comunitario y social que sea “lo más parecido al hogar de las personas que allí viven”, apuntó. Y advirtió que este enfoque supone “un cambio cultural importante” que “exige la adaptación de procesos y dinámicas consolidadas hasta la fecha”, algo que las empresas del sector ya tienen asumido, al trabajar desde hace tiempo bajo modelos de Atención Centrada en la Persona (ACP) y Unidades de Convivencia.