Así lo revela un estudio conjunto del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, el Hospital del Mar, la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS) del Departament de Salut de la Generalitat y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”. Se trata del trabajo más importante en este campo hecho hasta ahora en Europa, analizando datos de toda la población de Cataluña entre los años 2016 y 2017. Lo publica la revista Environment International.
El estudio ha tenido en cuenta la información de la exposición a tres contaminantes atmosféricos vinculados al tráfico de vehículos, de más de tres millones y medio de personas seleccionadas entre los 7,5 millones de residentes en Cataluña, aquellas de más de 18 años que no habían sufrido un ictus antes del inicio del trabajo. En concreto, ha analizado el impacto de los niveles de las partículas de menos de 2,5 micras (PM 2,5), del dióxido de nitrógeno (NO 2) y de las partículas de hollín, en el lugar de residencia de cada una de las personas estudiadas.
También se ha analizado la cantidad y densidad de zonas verdes existentes en un radio de 300 metros de su domicilio. Estos datos se han obtenido después de referenciarlos geográficamente y diseñando modelos de exposición a los dos determinantes, utilizando datos poblacionales obtenidos mediante la reutilización de la información de salud generada en Cataluña y anonimizada por el Programa de Analítica de Datos para la Investigación y la Innovación en Salud (PADRIS), que gestiona la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS)
Los resultados indican una relación directa entre el incremento de los niveles de concentración de NO 2 en la atmósfera y el riesgo de sufrir un ictus isquémico. Así, por cada incremento de 10 microgramos (μg) por metro cúbico, este peligro crece un 4%. Lo mismo pasa cuando los niveles de PM 2,5 se incrementan 5 μg/m 3. Y en el caso de las partículas de hollín, el riesgo crece un 5% por cada incremento de un μg/m 3 en la atmósfera. Unos datos que son iguales para toda la población, de forma independiente de otros factores socioeconómicos, de la edad o de la adicción al tabaco.
Ante estos datos, los investigadores apuntan que hay que hacer una reflexión sobre los actuales niveles de contaminación atmosférica considerados seguros. En estos momentos, los umbrales marcados por la Unión Europea son de 40 μg/m 3 en el caso del NO 2, que la Organización Mundial de la Salud reduce a 10 μg/m 3, y de 25 μg/m 3 en el de las PM 2,5 , que la OMS limita a 5 μg/m 3 . No hay niveles establecidos para las partículas de hollín. De hecho, los niveles registrados durante el periodo analizado eran inferiores, de media, a los marcados por las autoridades europeas (17μg/m 3 en las PM2,5, 35 μg/m 3 en el NO 2 y 2,28 μg/m 3 en el caso del hollín).
“A pesar de que se cumplen los niveles marcados por la Unión Europea, nos encontramos con la paradoja que todavía hay riesgo para la salud, como el que hemos encontrado en este estudio, donde hay una relación directa entre la exposición a contaminantes en nuestro entorno y el riesgo de sufrir un ictus”, explica la Dra. Rosa María Vivanco, autora principal del trabajo e investigadora del AQuAS y del IMIM-Hospital del Mar.
“El peligro todavía existe y se tienen que tomar muchas más medidas”, teniendo en cuenta el incremento de población urbana y su envejecimiento
Air pollution and surrounding greenness in relation to ischemic stroke: A population-based cohort study. Environment International (IF9.621), Pub Date: 2022-02-15,
DOI: 10.1016/j.envint.2022.107147 C. Avellaneda-Gómez, R.M. Vivanco-Hidalgo, S. Olmos, U. Lazcano, A. Valentin, C. Milà, A. Ambrós, J. Roquer, C. Tonne