¿Qué es la Fundación 26 de diciembre y a qué se dedica?
Es una fundación sin ánimo de lucro creada para atender a las personas mayores del colectivo LGTBI, preferentemente.
¿Cómo atienden a este colectivo?
Tenemos un amplio abanico de programas, donde atendemos necesidades reales de la población. Hemos detectado que necesitaban espacios para socialización y tenemos una sede y un centro comunitario de mayores LGTB en Lavapiés (Madrid), con programas concretos, comidas, actividades culturales y lúdicas, deporte, etc.
Además, contamos con seis pisos supervisados, donde atendemos al colectivo mayor. Y tenemos servicio de ayuda a domicilio, ya que detectamos que muchas personas necesitan ese apoyo, y les ayudamos a que pidan el cheque servicio. Estamos autorizados por la Comunidad de Madrid como empresa prestadora de servicios.
Y también formamos a empresas y a instituciones o personas para trabajar en programas muy concretos. Incluso trabajamos con Instituciones Penitenciarias, ya sea en trabajos comunitarios o en las propias cárceles.
¿Hay que formar parte de la Fundación para optar a estos programas y actividades?
No, porque somos una fundación de interés general subvencionada por la Comunidad de Madrid, el ministerio y el Ayuntamiento. Muchas personas vienen con nuestro psicólogo o la trabajadora social y no hay socios, aunque tenemos socios colaboradores que nos apoyan, pero no votan. El Estado nos controla las cuentas y el programa de acciones anual.
¿Cuándo y por qué nació la Fundación 26 de diciembre?
Nacimos el 25 de octubre de 2010, oficialmente. Pero estuvimos un año y pico antes con trabajo de preparación y análisis. Lo que nos movió a crearlo fue que no veíamos a los mayores, eran invisibles y no había recursos especializados. La gente no iba a las residencias y, si iban, se armarizaban de nuevo o se suicidaban. Eso nos alarmó, y vimos la necesidad de ayudar a gente que estaba oculta. Había que poner encima de la mesa, tanto del colectivo como de la sociedad, que estamos en una sociedad diversa que debe ser visible.
Los mayores tenemos historia. Empezamos a trabajar por dignificar y trabajar con los mayores, para empoderarlos y decirles que, aunque hemos tenido una vida jorobada, ahora somos ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho, con derechos, obligaciones, recursos y garantías. Eso nunca se lo habían dicho.
¿Cree que, por un lado, el colectivo de mayores LGTBI está oculto en la sociedad; y, por otro, que los propios mayores del colectivo están ocultos en la sociedad un poco más que la gente joven, que no oculta cómo son?
La sociedad nos oculta, pero también porque impera el edadismo. Los mayores no sirven en general. No se hacen campañas con nosotros, solo se vende ser joven y productivo; cuando eres jubilado, te apartan y ya no sirves. La sociedad te va empujando a que ya no es tu espacio ni tu sitio. Lo tuyo es Benidorm. Y el colectivo LGTBI, más todavía, porque nos hemos tenido que ocultar para poder sobrevivir.
En nosotros han pesado leyes en contra de nosotros, como la ley de vagos y maleantes o su sustituta de peligrosidad y rehabilitación social, que nos hacía agentes peligrosos. Te podían meter en la cárcel si te veían hacer el acto, pero en la de peligrosidad ni siquiera eso, era subjetivo. Eso te obliga a ocultarte porque no te aceptan.
Ahora vuelven a ello, porque te van diciendo que seas lo que quieras, pero que te ocultes. Ya bastante nos han ocultado. Tenemos que luchar por una sociedad inclusiva y diversa, donde todas las personas tengamos los mismos derechos y la misma dignidad.
¿Piensa que el comportamiento de los mayores es muy diferente que el de los jóvenes?
No se puede generalizar entre jóvenes o mayores, hay de todo. Dentro de los mayores hay personas muy diversas y pasa lo mismo con los jóvenes, a algunos les gusta más el cachondeo y otros son más reflexivos. Nos están dando una imagen de la juventud como más alocada, pero el joven es de lo más responsable, porque están en organizaciones, hacen voluntariado internacional. En la Fundación colaboran chicos y chicas jóvenes, y lo hacen muy bien.
¿Cómo reacciona la sociedad cuando un señor o una señora ‘mayor’ sale del armario a su edad?
Cuantas más personas seamos capaces de superar la homofobia interiorizada… Nos han metido mucho peso para que no digamos qué somos. La presión que han tenido que soportar muchas personas en el seno familiar ha sido terrorífica. Todavía estamos con la vergüenza. Y, en el mundo laboral, el precio que puedes pagar si sales del armario es el despido.
Todavía hay muchos recelos de que te etiqueten o te discriminen, incluso en el mundo de la farándula. Nadie sale a dar como noticia que es heterosexual porque se presupone a todo el mundo que tiene que ser heterosexual. Que tengamos que machacar aún con que somos una sociedad diversa…
Como última pregunta, una curiosidad: ¿por qué se llama Fundación 26 de diciembre? ¿Qué representa esa fecha?
El 26 de diciembre de 1978, el Consejo de Ministros de Adolfo Suárez derogó la Ley de Peligrosidad Social y nos quita de la cárcel. Es una fecha muy importante para el colectivo, ya que es cuando conseguimos, tras una presión muy fuerte en los años 70, que se empiece a despatologizar la homosexualidad. Fue el primer paso, ya que, en 1990, la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental. Todo eso no se sabe mucho, y por eso nuestra idea es hacer pedagogía con el nombre. Que se sepa que hasta hace muy poco tiempo se nos metía en la cárcel por ser diversos.