La Unión Europea ha perdido población por segundo año consecutivo y por tercera vez desde su fundación. Los países miembros cerraron 2021 con 446,8 millones de habitantes, 200.000 menos que al cierre de 2020, a pesar de que ese año se registró una enorme cantidad de fallecimientos debido a la pandemia. En 2021 también ha sucedido, y se han sumado a los fallecimientos habituales del año, de manera que no han podido ser compensados con nacimientos.
Según Eurostat, entre 2005 y 2022 la población europea ha crecido en unas 700.000 personas al año. Desde 1960 lo ha hecho en más de 90 millones de personas, pero hay que tener en cuenta que, desde los años 90, más de una decena de países se ha adherido a la UE. Porque los países miembros registran una constante reducción de su población por la escasa natalidad.
De hecho, la tasa de natalidad en la Unión Europea es de 9,1 personas por cada 1.000 habitantes, con cifras de 2020. En 2008 era de 10,6. Si a esto le sumamos un exceso de mortalidad achacado a la pandemia (más de dos millones de fallecidos entre 2020 y este año), se observa la crisis demográfica que sufre el continente.
Además, la diversidad de sus Estados miembros también crea desigualdades poblacionales. El 47 % del total de habitantes de la Unión Europea se concentra en Alemania, Francia e Italia, frente a los poco más de 500.000 habitantes que tiene Malta. Esto, a nivel político, genera desigualdades (pues se otorga mayor representatividad en función de la población), pero evidencia que la crisis demográfica puede terminar perjudicando mucho más a los países más pequeños, que deberán promover políticas que fomenten la natalidad e inmigración.
No obstante, el país que perdió más población entre 2021 y 2022 fue Italia. Por el contrario, Francia sumó casi 186.000 nuevos habitantes y Estonia, 1.700. De nuevo, los países más pequeños tienen más dificultades para sumar población.
En el caso de España, cerramos 2021 con 47,4 millones de habitantes, un 0,7 % más entre 2020 y 2021, a pesar de haber sido uno de los países con mayor exceso de mortalidad durante lo peor de la pandemia. Aún hoy se registran alrededor de 50 nuevos fallecimientos achacados al COVID-19 cada día, a pesar de la falta de datos actualizados como parte de la controvertida estrategia de ‘gripalización’ de la pandemia.