Orpea ha anunciado la compra del Centro Lescer, una clínica de neurorrehabilitación especializada en el tratamiento de lesiones cerebrales derivadas de DCA (Daño Cerebral Adquirido). La compañía profundiza con esta adquisición su papel en la rehabilitación neurológica de pacientes, donde ya juega un importante papel con su centro Orpea Mirasierra, en Madrid, especializado en este tipo de tratamientos y terapias.
El Centro Lescer ofrece un enfoque holístico de neurorrehabilitación basado en la Clasificación Internacional de la Funcionalidad (CIF) que pone la mirada en las demandas y necesidades del paciente y familias tras un problema neurológico. Cuenta con casi 30 años de trayectoria y una plantilla de 45 profesionales altamente especializados y cualificados en el mundo de la neurorrehabilitación (médicos, fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajador social) que trabajan de manera conjunta para contribuir a la mejora continua de la autonomía funcional y social de cada paciente.
El centro, ubicado en Madrid, tiene unas instalaciones de 900 metros cuadrados, donde también se proporcionan tratamientos basados en nuevas tecnologías gracias a robots o entornos de realidad virtual, entre ellos Lokomat, C-Mill, Gloreha e Inmotion2. También cuenta con una sala de estimulación multisensorial (Magic Mirror), un gimnasio y una piscina para tratamientos de hidroterapia.
El daño cerebral adquirido afecta a más de 420.000 personas en España, el 78 % de los cuales tiene como causa un ictus. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en nuestro país cerca de 120.000 personas sufren un ictus al año. En la actualidad, más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un infarto cerebral.
Este tipo de centros se encargan de ofrecer programas de rehabilitación neurológica, en combinación con ejercicios físicos, para reducir estas secuelas y contribuir a que la autonomía del paciente pueda ser recuperada en la medida de lo posible. Para ello, se desarrollan itinerarios específicos para cada usuario en función de sus necesidades y daños presentados, y se realizan evaluaciones periódicas para readaptar el tratamiento conforme evoluciona el estado del paciente.