La aplicación de la musicoterapia en residencias de mayores ha demostrado ampliamente sus beneficios para la salud y el estado de ánimo de las personas que participan en estos programas. Por ello, las residencias de mayores de Orpea utilizan de manera habitual musicoterapia con sus usuarios, en su caso a través de programas personalizados.
Hasta llegar a ello, Orpea ha trabajado en un estudio comparativo de sesiones de musicoterapia en las que se emplearon distintos tipos de música, frecuencias y ritmos, en función del objetivo que se pretendía lograr (activar, relajar, inducir al sueño, etc.). Las conclusiones apuntaron a que la musicoterapia pasiva mejora la calidad asistencial de los pacientes con deterioro cognitivo severo de forma objetiva con parámetros cuantitativos (constantes vitales y nutricionales) y con parámetros cualitativos (valoraciones clínicas).
“Esto se traduce en un mayor bienestar de los residentes, que muestran mejor estado de ánimo, un aumento de peso y más ganas de participar en las actividades organizadas. Además, existe una mayor satisfacción de sus familiares con respecto al cuidado de las personas mayores”, resumen los terapeutas de Orpea que han participado en el estudio, titulado ‘Eficacia de la musicoterapia pasiva para pacientes con deterioro cognitivo’, y presentado a la Asociación Europea de Medicina Geriátrica en 2019.
La musicoterapia es especialmente beneficiosa para las personas que padecen alzhéimer o deterioro cognitivo severo, ya que la memoria musical es la última que se pierde. La aplicación de esta terapia favorece que, en las personas mayores con demencia, se reduzca el estrés y la ansiedad, se mantenga la calma y se despierten sentimientos positivos.
Más concretamente, desde Orpea aseguran que la improvisación instrumental y el canto reducen la agitación y mejoran la conducta social. Además, les permite experimentar momentos de conexión y lucidez, lo que influye de manera muy positiva en el sentido de identidad.
En la intervención con musicoterapia, los especialistas utilizan la música, en concreto, el sonido, ritmo, melodía y armonía, para facilitar y promover la comunicación, la expresión, las relaciones sociales, el movimiento y la relajación. De este modo, “se consigue satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas de las personas mayores”, explican desde Orpea.
La compañía del sector residencial utiliza programas personalizados de musicoterapia, adaptados a las habilidades y necesidades de las personas mayores, así como sus gustos y su historia de vida. Se estructuran en sesiones colectivas de alrededor de una hora de duración, y comienzan con música tranquila para relajarse “y que los residentes sepan dónde están y que va a empezar el taller de musicoterapia”. A continuación, se combina y alterna la improvisación, utilizando instrumentos de percusión o melódicos; la asociación de sonidos a movimientos; el reconocimiento de instrumentos; la expresión corporal a través del baile, etc.
Entre los beneficios de la musicoterapia para las personas mayores, destacan una mejora en el bienestar y calidad de vida de la persona; una mejor comunicación en personas con dificultades para expresarse (ya que se potencia el lenguaje no verbal); mayor facilidad para expresar emociones como rabia, dolor o calma; mejora de la memoria en general (a corto, medio y largo plazo); y un aumento de la coordinación y psicomotricidad.
Además, la musicoterapia, al utilizarse en talleres grupales, mejora las habilidades sociales, las relaciones interpersonales y la autoestima y personalidad de cada persona.