La pandemia abrió los ojos a la sociedad sobre el potencial de la tecnología para ayudarnos a estar más cerca de las personas dependientes. Gracias a las videollamadas, las consultas telefónicas o al uso de soluciones como Gesad, pudimos seguir dando respuesta a necesidades que, sin estas herramientas digitales, no hubieran podido ser atendidas. Se confirmaba definitivamente la importancia de la tecnología en el sector sociosanitario.
Ese complicado escenario también supuso una oportunidad para destapar las carencias del sistema y hacernos reflexionar sobre cómo avanzar hacia unos cuidados de mayor calidad y que pongan a las personas dependientes en el centro. Por eso, a la modernización acelerada motivada por la pandemia, le ha seguido una ola de implantación de nuevas tecnologías en el sector. Una tendencia que resulta imparable, y que abre infinitas posibilidades en la atención de las personas dependientes.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, España experimenta un contexto de creciente envejecimiento de la población, con una tasa de dependencia que en 2020 se situaba en el 54%. Esta realidad alerta sobre la necesidad de incorporar herramientas que nos permitan ser más eficientes y productivos en la gestión del Servicio de Ayuda a Domicilio. Hablamos de mejorar procesos de trabajo, pero también de diseñar constantemente soluciones innovadoras que posibiliten a empresas y administraciones públicas mayor capacidad de actuación, y desde una mirada más holística.
Por tanto, podemos afirmar que la digitalización del sector sociosanitario es un camino sin vuelta atrás: cada vez más profesionales y usuarios demandan experiencias más optimizadas.
Una de las ventajas más evidentes de la digitalización del SAD es el enorme potencial que ofrece la tecnología para recabar datos sobre los usuarios. Las soluciones de gestión verticales ofrecen información en tiempo real constantemente actualizada, que enriquece los servicios que prestan las empresas del sector.
Con ellas, los coordinadores y auxiliares pueden delegar muchas tareas en los sistemas de control, tener un acceso más rápido a la información o minimizar las gestiones del día a día; mejorando así la productividad, reduciendo costes y facilitando que los profesionales del SAD puedan centrarse en lo realmente importante: las personas.
El mejor ejemplo es Gesad, el sistema de gestión del Servicio de Ayuda a Domicilio líder en España, un software específicamente diseñado para agilizar y optimizar los procesos de trabajo, que hace que la información fluya, minimizando errores de coordinación y mejorando la experiencia diaria tanto de profesionales como de usuarios.
Cuando hablamos de tecnología en este ámbito, hemos de entenderla como una herramienta que está al servicio de las personas, en especial de las más vulnerables, cuyo gran objetivo es hacer sus vidas más plenas.
Desde hace muchos años sabemos del impacto positivo que la tecnología tiene en el día a día de la población dependiente y de sus familiares. Un recurso esencial por múltiples motivos. Reduce su ansiedad e incertidumbre, contribuye a la creación de espacios en los que los usuarios se sientan más tranquilos y protegidos (ahorrándoles desplazamientos innecesarios a los centros sanitarios), y con el que las familias pueden participar de forma activa en los cuidados de sus seres queridos.
Además, la digitalización del sector ha permitido un seguimiento más continuo y personalizado del estado de salud de las personas mayores y dependientes, lo que favorece la detección precoz de deterioros y patologías sin diagnosticar, o la prevención de situaciones de vulnerabilidad, como la soledad no deseada.
En definitiva, el uso de la tecnología en el SAD no solo redunda en una atención más eficiente y humana, también convierte a administraciones y empresas del sector sociosanitario en agentes de cambio claves para la mejora de la calidad de vida de las personas dependientes.