Una investigación ha descubierto que la mera presencia de animales reduce el estrés, la depresión, la ansiedad y la soledad de los residentes de la residencia de mayores. En un estudio publicado en la Revista de Ciencias de la Educación, Salud y Deporte, los investigadores descubrieron que tener una mascota o un animal de terapia en una residencia mejoraba el estado de ánimo de los residentes, así como sus interacciones con los demás. En otro estudio, los investigadores de la Clínica Mayo descubrieron que las interacciones con animales de terapia ayudaban a mejorar la calidad de vida de los residentes de las residencias de ancianos.
Otros estudios han demostrado que los animales tienen un efecto tranquilizador en las personas mayores con problemas cognitivos y de salud mental. Un estudio publicado en el Journal of Applied Gerontology descubrió que los residentes con demencia experimentaban una reducción de los comportamientos agresivos y de la depresión tras las interacciones con animales de terapia. Otros estudios han demostrado que los animales ayudan a facilitar la memoria, mejorar la atención y reducir la agitación en los residentes con enfermedad de Alzheimer.
La investigación también ha demostrado que los animales pueden tener un impacto positivo en la salud física de los residentes de las residencias de ancianos. Las interacciones con animales pueden ayudar a aumentar la actividad física, y los estudios han demostrado que los residentes que interactúan regularmente con animales de terapia realizan más actividades que los que no lo hacen. Esto puede ayudar a mejorar la fuerza y la resistencia, así como a reducir el riesgo de caídas y otras lesiones.
Además, una investigación ha descubierto que tener una mascota puede ayudar a mejorar la salud de las personas mayores con enfermedades crónicas. En un estudio publicado en la Revista de Epidemiología y Bioestadística, los investigadores descubrieron que los residentes con mascotas eran menos propensos a visitar el hospital y tenían menos problemas de salud crónicos, como hipertensión, diabetes y obesidad. Esto sugiere que tener una mascota puede ayudar a mejorar la salud y el bienestar general de las personas mayores.
Desgraciadamente, no todas las residencias de ancianos tienen políticas para apoyar la presencia de animales. Muchos centros tienen estrictas políticas sobre mascotas, y la mayoría no tiene programas de animales de terapia. Esto puede dificultar el acceso de los residentes a los beneficios que pueden proporcionar los animales.
Es importante que las residencias reconozcan los efectos positivos de los animales y apliquen políticas que apoyen la presencia de animales de terapia. Se debe animar a los centros a crear entornos aptos para las mascotas y a ofrecer a los residentes acceso a animales de terapia. Además, se deben ofrecer a los residentes actividades y programas que impliquen a los animales, como la terapia con animales, para promover interacciones positivas y mejorar la salud y el bienestar de las personas mayores.
La evidencia es clara: los animales tienen un impacto positivo en la salud y el bienestar de los residentes de las residencias de mayores. Las interacciones con animales de terapia pueden mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y la depresión, y promover la actividad física de las personas mayores. Desgraciadamente, no todas las residencias de ancianos tienen políticas para apoyar la presencia de animales. Es importante que los centros reconozcan los efectos positivos de los animales y apliquen políticas y actividades compatibles con las mascotas que apoyen la salud y el bienestar de sus residentes.