La conectividad del precúneo y el cíngulo anterior de personas con antecedentes familiares de Alzheimer está relacionada con los niveles en sangre de la proteína tau231, y su monitorización abre la puerta a la detección precoz, según un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El trabajo, publicado en GeroScience, es pionero ya que relaciona medidas electofisiológicas con niveles en plasma de p-tau23. Ambas medidas son mínimamente invasivas en comparación con las pruebas que se suele hacer para evaluar patología de enfermedad de Alzheimer, lo que representa un avance significativo en la comprensión de la enfermedad y permite identificar marcadores tempranos de la misma.
La investigación contó con 97 participantes, 69 con antecedentes directos de alzhéimer y 28 sin. Se utilizaron registros de magnetoencefalografía (MEG) en estado de reposo y determinaciones de p-tau231 en plasma. Los participantes fueron evaluados en dos momentos, con un intervalo aproximado de 3 años. Conforme avanza el estudio, la conectividad entre esas zonas del cerebro incrementa y es cada vez más similar al de los primeros indicios cerebrales de la enfermedad de Alzheimer. Además, este incremento de conectividad en zonas de relevancia en la enfermedad se asocia a los niveles en sangre de p-tau231.
Los autores aseguran que conocer la evolución de la enfermedad de Alzheimer desde sus etapas más tempranas, que puede ser hasta 20 años antes de un diagnóstico, permite identificar a los individuos que pasarán a desarrollarla de manera temprana. Así, se podrán desarrollar estrategias de intervención que prevengan o, al menos, ralenticen su desarrollo.
García-Colomo A, Nebreda A, Carrasco-Gómez M, et al.
Geroscience. 2024 Jan 4. doi: 10.1007/s11357-023-01036-5.