Dependencia

El Centro Residencial ‘El Valle’ de Montijo, ha recibido la Acreditación Oro como Centro Libre de Sujeciones de CEOMA

Centro Libre de Sujeciones
Domingo 19 de mayo de 2024

El Centro Residencial ‘El Valle’ de Montijo, ha recibido la Acreditación Oro como Centro Libre de Sujeciones otorgada por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), lo que le convierte en el primer centro de titularidad pública en obtener esta distinción a nivel nacional.

Este centro, dependiente del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD) especializado en la atención de demencias, fue el primero de Extremadura en contar con la acreditación como Libre de Sujeciones en el marco del programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer’ de CEOMA.

La catalogación como Libre de Sujeciones conlleva la constatación de que en ese centro no se utiliza ningún tipo de sujeción física ni farmacológica, entendiendo sujeción física como cualquier método físico externo aplicado sobre la persona o del que no puede liberarse con facilidad y con el que se limita la libertad de movimientos o de su actividad física.

¿Qué siginifica ser Centro Libre de Sujeciones?

Un “Centro Libre de Sujeciones” es un centro en el que no se utiliza ningún tipo de sujeción física, entendiendo como sujeción física: la limitación de la libertad de movimientos de una persona, o su actividad física, o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método físico externo aplicado sobre ella, o adyacente a ella, del que no puede liberarse con facilidad.

Pero, ¿qué características adquieren los centros libres de sujeciones?, ¿qué les hace interesantes? Si esa política de cuidado no se tradujera en claros beneficios para las personas objeto de atención no tendría sentido, pero es bien sabido que evitar las sujeciones es evitar sus consecuencias, que son notorias cuando la persona tiene algo que perder. Son pérdidas de todo tipo tales como la pérdida, de función cognitiva, de funcionamiento físico, pérdida de la continencia, pérdida de la integridad de la piel, pérdida de apetito (riesgo de desnutrición), etc., e incluso muerte súbita y muerte por estrangulación, sin olvidar el sufrimiento psicológico que pueden producir, y que atentaría contra la dignidad humana. Si a esos beneficios le añadimos que no se producen más daños o lesiones en las personas mayores por no usarlas y que no es necesario ningún incremento en la plantilla, la verdad es que la invitación a hacer las cosas así es contundente.

Fuente: CEOMA / Redacción

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