Hace unos meses, Yolanda, la supervisora del centro Vitalia Jardín en Burgos, llevó a un perro llamado Bifo a pasar el día con los residentes.
Con el paso del tiempo, Bifo se ganó el corazón de todos. Día tras día, Bifo pasó a formar parte de la familia Vitalia Jardín. Los residentes disfrutaban de su compañía, sus juegos y su pelaje. Las familias también lo adoraban, ya que Bifo aportaba un aire de alegría y familiaridad al ambiente.
Yolanda, observó la conexión que se había creado entre Bifo y los residentes y comprendió el impacto positivo que su presencia tenía en el bienestar emocional de todos ellos. Hoy en día, Bifo es más que un perro, es un terapeuta de cuatro patas que llena de alegría el centro:
Bifo, nunca ha estado destinado a brindar un apoyo de terapia, pero desde su llegada, Bifo ha transformado el ambiente del lugar. Los residentes pasan horas acariciándolo, jugando con él y hasta incluso grabando Tiktoks:
El personal de la residencia también ha notado un cambio positivo en los residentes desde la llegada de Bifo. De hecho, varios estudios demuestran que el contacto con animales puede reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, mejorar el estado de ánimo, la autoestima y la calidad de vida:
Bifo es un ejemplo de cómo una mascota en un centro residencial marca una gran diferencia en la vida de los residentes. Su presencia en la Residencia Vitalia Jardín es un regalo de valor incalculable que ha llenado de amor y compañía a los residentes, haciéndoles sentir más queridos y felices.