El Instituto Foral de Bienestar Social, organismo autónomo adscrito al Departamento de Políticas Sociales de la Diputación Foral de Álava, ha puesto en marcha en una de sus residencias para personas mayores un proyecto de investigación para mejorar la detección del dolor y de su intensidad en personas con demencia avanzada que no tienen capacidad para comunicarse, mediante fórmulas innovadoras basadas en Inteligencia Artificial. En concreto, ha utilizado un sistema de diadema que se ajusta a la cabeza y que mide las señales de encefalografía (EEG), es decir, la actividad cerebral eléctrica cuando se produce un estímulo doloroso.
Durante una intervención en el Pleno de las Juntas Generales de Álava, el diputado foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, ha explicado que la finalidad del estudio ha sido “mejorar la calidad de los cuidados de personas con importante deterioro cognitivo” e institucionalizadas en una residencia foral, la Residencia Lakua de Vitoria-Gasteiz, que es un centro psicogeriátrico donde viven personas con deterioro cognitivo grave.
Gorka Urtaran ha explicado que el envejecimiento produce un aumento de patologías potencialmente causantes de dolor. Este se confunde, con frecuencia, como un síntoma asociado al propio proceso de envejecimiento, por lo que ni se diagnostica ni se trata. En las personas con demencia influye, además, la limitación de la propia capacidad de expresión y de comunicación del dolor que sufren. Por eso, “una de las dificultades con las que se encuentran quienes cuidan a personas con deterioro cognitivo grave es cómo evaluar su dolor dada su incapacidad para expresarlo”.
Para llevar a cabo el estudio, se han utilizado datos de 40 personas usuarias a las que se les ha colocado la diadema al tiempo que se procedía a realizar la higiene matinal o a efectuar una extracción de sangre. Los datos que la diadema recogía se enviaban al ordenador y la enfermera encargada de su recogida cumplimentaba una escala de evaluación del dolor basada en la observación del lenguaje corporal y facial o en el comportamiento.
Del análisis de los datos electroencefalográficos obtenidos, se concluye que se ha podido detectar el dolor con una precisión del 88%. También se han obtenido resultados esperanzadores en cuanto a la clasificación de la intensidad del dolor, que permiten pensar que se puede profundizar en esta línea de investigación. “Se trata de una primera investigación que nos permite concluir que es posible categorizar el dolor en personas con diferentes grados de demencia avanzada a partir de los datos de EEG recogidos”, ha concluido el diputado foral Gorka Urtaran
El titular de Políticas Sociales ha manifestado que el estudio es “replicable” en otros centros y también en otras poblaciones, como por ejemplo en personas con discapacidad intelectual severa, por lo que contempla la posibilidad de extenderlo a otros centros forales.
El estudio ha estado coordinado por la Dirección de Innovación del Departamento de Políticas Sociales y lo ha desarrollado personal del Instituto Foral de Bienestar Social y del Departamento de Investigación de la consultora tecnológica Deusto Seidor.