La época navideña es un momento único, lleno de reuniones familiares y celebraciones, pero para las familias con personas que padecen Alzheimer puede presentar ciertos desafíos. Por ello, desde la Fundación ofrecemos soluciones y damos soporte a las personas cuidadoras y a sus familiares con Alzheimer.
En este sentido, Elena de Andrés, psicóloga y coordinadora de los programas grupales para personas cuidadoras de la Fundación, afirma que “una rutina cotidiana repetitiva y organizada ayuda tanto a la persona con Alzheimer, como a la persona que la cuida. En estas fechas, esta rutina se ve interrumpida y pueden surgir dudas sobre cómo se debería afrontar la situación, por ello es importante tratar de mantener actividades que evoquen a su vida diaria”.
Consejos para disfrutar de las fiestas
Facilitar la comunicación de la persona afectada. Dado que el Alzheimer puede dificultar la organización de las ideas, es importante evitar preguntas abiertas como “¿Qué quieres hacer en Navidad?” o “¿Qué te gustaría comer?”. En su lugar, es preferible hacer preguntas concretas que puedan responderse con un sí o un no, como “¿Te apetece ver las luces de Navidad?” o “¿Quieres escuchar villancicos?”. Además, ofrecer opciones limitadas como “¿Prefieres ponerte el gorro de Papá Noel o la bufanda?” puede simplificar las respuestas. Cuando la comunicación se ve afectada, este tipo de estrategias facilitan que la persona se sienta comprendida y evita posibles frustraciones.
Planificar menús sencillos y respetar los horarios habituales. Las comidas familiares pueden resultar agotadoras para quienes viven con Alzheimer, por lo que es recomendable cocinar platos sencillos y mantener los horarios habituales de las comidas. Ofrecer alimentos fáciles de masticar y digerir, que además sean del agrado de la persona, puede ser clave para mantener su bienestar.
Ambiente emocionalmente positivo y evitar situaciones estresantes. El estado de ánimo también puede verse afectado durante las fiestas. A medida que avanza la enfermedad, la persona con Alzheimer puede experimentar desde apatía hasta ansiedad o irritabilidad. En este sentido, es importante mantener un ambiente emocionalmente positivo y evitar situaciones agobiantes. Dado que las emociones pueden ser contagiosas, la persona con Alzheimer puede acabar “reproduciendo” el estado de ánimo y las actitudes de quienes le rodean, influyendo directamente en su comportamiento. Crear un ambiente tranquilo ayudará a reducir la ansiedad y favorecerá su armonía.
Explicar de manera clara y sencilla la situación. Es esencial también que toda la familia, incluidos los más jóvenes, esté bien informada sobre el estado de la persona afectada. Explicar de manera concisa y directa la situación y ofrecer pautas básicas de interacción ayudará a que todos los miembros puedan relacionarse con naturalidad, sin miedo ni incomodidad, fomentando una atmósfera de respeto y comprensión.
Compartir la responsabilidad de los cuidados. Otro punto clave es el apoyo a la persona cuidadora. Durante las festividades, la sobrecarga de trabajo y la atención que requiere una persona con Alzheimer suelen recaer en un solo familiar. Compartir la responsabilidad de los cuidados y colaborar en los preparativos permite que todos puedan disfrutar de la celebración y, al mismo tiempo, dar un necesario descanso al cuidador o cuidadora principal.
Realizar actividades cognitivamente estimulantes. Por último, las sobremesas navideñas son un momento ideal para involucrar a la persona con Alzheimer en actividades cognitivamente estimulantes. Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el parchís o las cartas no solo son entretenidos, sino que también ayudan a mantener la mente activa, lo que es fundamental para ralentizar el deterioro cognitivo. A la hora de escoger un juego de mesa, es importante tener presentes las preferencias de la persona con Alzheimer y sus capacidades.
“En definitiva, la Navidad es una oportunidad para vivir momentos inolvidables con nuestros seres queridos. Con algunos ajustes y un enfoque consciente, es posible disfrutar de estas celebraciones al tiempo que se cuida la salud emocional y física de la persona con Alzheimer”, concluye de Andrés.