España registró 320.656 nacimientos en 2023, un 2,6% menos que en 2022. Esta cifra es la más baja desde que se tienen registros modernos y consolida una tendencia decreciente iniciada en 2008. En solo una década, el país ha perdido más de 100.000 nacimientos anuales, una caída acumulada del 24,7% desde 2013. La evolución refleja no solo cambios económicos, sino también sociales y culturales, con un retraso generalizado en la edad para formar familias.
El número medio de hijos por mujer se situó en 1,12, una cifra que está muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2,1). Por nacionalidad, las españolas tienen una media de 1,09 hijos, frente a 1,28 de las extranjeras. En ambos casos, las cifras son más bajas que las del año anterior. Este descenso sostenido apunta a factores estructurales: precariedad laboral, dificultad de acceso a la vivienda y falta de políticas de conciliación.
Los nacimientos de madres nacidas en el extranjero representaron el 31,3% del total en 2023, frente al 29,5% en 2022. Si se atiende a la nacionalidad, el 24,4% de las madres no tenían nacionalidad española. Este cambio refleja el creciente papel de la inmigración como sostén demográfico en España. Las madres extranjeras, en promedio, tienen más hijos y son más jóvenes que las españolas.
La edad media de maternidad en España se mantuvo en 32,6 años. Las españolas tienen hijos a los 33,1 años de media, mientras que las extranjeras lo hacen a los 30,5. En 2023, el 10,8% de los nacimientos fueron de mujeres de 40 años o más, lo que representa un aumento frente al 6,8% registrado en 2013. Este envejecimiento reproductivo está relacionado con una mayor planificación, pero también con la inseguridad laboral prolongada entre los jóvenes.
Año | Nacimientos | Hijos por mujer | Edad media maternidad | % Madres extranjeras |
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2013 | 425.715 | 1,27 | 31,7 años | 19,3% |
2018 | 372.777 | 1,26 | 32,2 años | 21,2% |
2020 | 341.315 | 1,18 | 32,3 años | 22,3% |
2023 | 320.656 | 1,12 | 32,6 años | 24,4% |
España avanza hacia una pirámide de población cada vez más invertida, con más fallecimientos que nacimientos y una natalidad sostenida, en gran parte, por mujeres extranjeras. Esta transformación demográfica tendrá un fuerte impacto en el sistema de pensiones, el mercado laboral y las políticas públicas. Urge una estrategia estatal que aborde la natalidad desde un enfoque integral y transversal.