Lares, entidad del Tercer Sector en atención a personas mayores, solicita la inclusión del personal gerocultor en el nuevo régimen de jubilación anticipada aprobado por el Gobierno. Esta medida busca reconocer las duras condiciones laborales del sector, que enfrenta altas tasas de bajas por incapacidad. La organización argumenta que permitir la jubilación anticipada con el 100% de la prestación mejoraría la salud laboral y la calidad del servicio. A pesar de las preocupaciones sobre el impacto económico en la Seguridad Social, Lares propone una sobrecotización equitativa para equilibrar los costos iniciales. Lares destaca que garantizar el bienestar de quienes cuidan a los demás debe ser una prioridad política y social.
La entidad Lares, que representa al Tercer Sector en la atención a personas mayores y en situación de dependencia, ha expresado su satisfacción por la reciente aprobación del Consejo de Ministros. Este procedimiento establece coeficientes reductores que permiten anticipar la edad de jubilación para actividades consideradas de especial penosidad o peligrosidad, un paso significativo para el sector de la Dependencia.
La organización mantiene una postura firme: el personal gerocultor debe tener la posibilidad de jubilarse anticipadamente con el 100% de su prestación. Esta necesidad surge debido a las cargas musculoesqueléticas y exigencias físicas que enfrentan los gerocultores, especialmente en sus últimos años de actividad laboral.
A pesar del respaldo dentro del sector, Lares señala que las principales resistencias a esta medida provienen de la estructura económica de la Seguridad Social, que se ve temporalmente afectada al incluir un nuevo colectivo profesional en el régimen de jubilación anticipada. Sin embargo, argumentan que con el tiempo, la mayor cotización asociada a este régimen compensará los costos iniciales.
Lares también está dispuesta a aceptar una sobrecotización tanto para empresas como para trabajadores, siempre que se aplique con criterios de equidad respecto a otras profesiones que ya disfrutan de este régimen.
Uno de los problemas más apremiantes en el sector es el alto número de bajas por incapacidad temporal entre gerocultores mayores. La anticipación en la edad de jubilación podría contribuir a mitigar esta situación, mejorando así tanto la salud laboral del personal como la calidad del servicio brindado.
Aunque esta medida podría acentuar a corto plazo la escasez de profesionales en el ámbito, Lares subraya que este desafío debe ser abordado junto con las Administraciones Públicas desde una perspectiva estructural y estratégica. Es esencial garantizar un sistema de atención a personas mayores y dependientes que sea sostenible y comprometido con la calidad.
En conclusión, para avanzar hacia una sociedad que respete los derechos fundamentales de todos sus miembros, no podemos dejar estas decisiones al mero arbitrio del mercado. La protección y bienestar de quienes cuidan a los demás deben ser considerados como una prioridad tanto política como social.
Lares está insistiendo en que el personal gerocultor sea incluido en el nuevo régimen de jubilación anticipada aprobado por el Gobierno, debido a las condiciones laborales penosas y exigentes que enfrentan.
Se considera necesario porque el trabajo de los gerocultores implica cargas musculoesqueléticas y exigencias físicas que pueden afectar su salud, especialmente en los últimos años de su vida laboral.
Lares menciona que las principales resistencias a incluir al personal gerocultor en el régimen de jubilación anticipada provienen de la estructura económica de la Seguridad Social, que podría verse desequilibrada inicialmente.
Adelantar la edad de jubilación podría ayudar a reducir el elevado número de bajas por incapacidad temporal entre gerocultores de edad avanzada, mejorando así su salud laboral y la calidad de atención brindada.
Una posible consecuencia a corto plazo sería una escasez de profesionales en el sector, lo cual debe ser abordado conjuntamente con las Administraciones Públicas desde una perspectiva estructural y estratégica.
Lares sostiene que el bienestar de quienes cuidan a los demás debe ser una prioridad política y social, y no puede dejarse al arbitrio del mercado.