La encuesta analiza conocimientos, actitudes y comportamientos en torno a financiación, cálculo de prestaciones, suficiencia futura y hábitos de ahorro, con especial atención a diferencias por edad, renta y situación laboral.
En un sistema de reparto, el apoyo social informado es clave. Si la mayoría no distingue entre cotizaciones sociales, transferencias del Estado y gasto total, se dificulta evaluar reformas y adoptar hábitos de ahorro coherentes.
Predomina la confusión sobre qué paga quién y cuánto (empleadores, trabajadores, Estado). También hay desconocimiento sobre cómo se calcula la pensión contributiva (base reguladora, años cotizados, coeficientes por anticipación/demora).
La mayoría espera cobrar pensión pública, pero crece la inquietud por su poder adquisitivo a futuro. Entre los menores de 40 años, la incertidumbre es mayor por carreras laborales más fragmentadas.
El ahorro previsional se concentra en rentas medias-altas. En hogares vulnerables, la prioridad del corto plazo deja la jubilación en segundo plano, abriendo una brecha de suficiencia.
Cotizaciones sociales de trabajadores y empresas: columna vertebral del sistema contributivo.
Aportaciones del Estado: crecen para cubrir gastos impropios y apuntalar el equilibrio.
Mecanismos de ajuste: revalorización anual, reglas financieras y fondos de estabilización.
Base reguladora (promedio de bases de cotización) + años cotizados = cuantía inicial.
Coeficientes: penalizan la anticipada y bonifican la demorada.
Edad efectiva de jubilación y lagunas de cotización influyen de forma relevante.
Pedagogía simple y masiva: explicar con claridad ingresos, gasto y reglas.
Simuladores oficiales personalizados y comprensibles.
Comunicación segmentada por edad y situación laboral.
Datos abiertos y comparables para un debate menos ideológico y más técnico.
Conocer años y bases de cotización (vida laboral).
Simular escenarios (anticipada, ordinaria, demorada) y su impacto.
Automatizar ahorro mensual, aunque sea modesto.
Diversificar (colchón líquido + medio plazo + previsión).
Revisar el plan cada año o ante cambios vitales.
Revisa en nómina tipos de cotización y su relación con tus derechos futuros.
Simula ±1–2 años: la diferencia acumulada en la pensión vitalicia suele ser significativa.
Compara comisiones, liquidez y riesgo; no todo incentivo fiscal compensa.
Antes del ahorro ilíquido, construye un colchón de 3–6 meses de gasto.
Dimensión | Qué revela | Riesgo si no se actúa | Palanca de solución | Beneficio esperado |
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Conocimiento | Solo 1/8 domina financiación y pensión media | Debate confuso y malas decisiones | Pedagogía + simuladores oficiales | Expectativas realistas, mejores elecciones |
Confianza | Se mantiene, pero preocupa la suficiencia | Ahorro tardío o inexistente | Educación aplicada a la vida real | Hogares más resilientes |
Brecha generacional | Jóvenes más escépticos | Desafección y carreras inestables | Comunicación adaptada + empleos de calidad | Más cotizantes y continuidad laboral |
Ahorro complementario | Concentrado en rentas altas | Desigualdad en jubilación | Incentivos bien diseñados y costes bajos | Ahorro más extendido y eficiente |
La Encuesta FUNCAS 2025 confirma que el gran reto de las pensiones en España, además del demográfico, es pedagógico. Entender de dónde sale el dinero y cómo se calcula la pensión es condición necesaria para planificar el retiro y valorar reformas sin gritar. Con herramientas claras, educación segmentada y hábitos de ahorro simples, la ciudadanía puede reducir incertidumbre y mejorar sus decisiones, y el debate público puede centrarse por fin en los trade-offs reales.