Aunque nadie puede predecir cuál es nuestra esperanza de vida, existe un sencillo test casero que podría ayudarnos a saber cuál es la longevidad potencial de una persona.
Nadie sabe cuánto tiempo le queda de vida. Y puede que sea algo positivo. Pero sí podemos tener una estimación de nuestra esperanza de vida, no solo porque contamos con estadísticas por países e incluso ciudades, sino porque también existen otras fórmulas para orientarnos.
Según un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine, el equilibrio de una persona podría darnos pistas sobre su esperanza de vida, al estar directamente relacionado con su condición física e incluso cognitiva. De hecho, más de 684.000 personas fallecen cada año por complicaciones derivadas de caídas, muchas de las cuales se producen precisamente por esa falta de equilibrio.
El deterioro del equilibrio en personas mayores es natural
Los investigadores explican que el equilibrio empieza a deteriorarse a partir de los 50 años como parte del proceso natural de envejecimiento. Pero esta capacidad sirve para evaluar el estado general de salud de la persona y estimar la potencial longevidad de las personas.
En concreto, los investigadores realizaron una prueba a los participantes en el estudio que consistía en aguantar sobre una pierna, a la pata coja, durante 10 segundos. Aquellas personas incapaces de aguantar al menos 10 segundos tenían el doble de riesgo de fallecer en la siguiente década que quienes sí pudieron cumplir.
Cómo hacer el test casero para determinar la longevidad
En el estudio participaron alrededor de 1.000 personas de entre 50 y 75 años, a las que se hizo seguimiento durante cerca de 15 años. El test casero para determinar la longevidad consistía en levantar una pierna y mantenerse con los brazos abiertos y la mirada en un punto fijo durante 10 segundos.
Cada participante tenía tres intentos, de manera que se pudo reducir el margen de error. Uno de cada cinco participantes falló a la primera, de hecho. Después, se monitorizó a todos durante siete años, y se halló que el 7 % de los participantes había fallecido. De ellos, el 17 % no había conseguido pasar la prueba del equilibrio, mientras que el 4,5 % sí lo había conseguido. Es decir: había cuatro veces más fallecidos que no habían pasado la prueba en su momento. De este modo, se concluyó que quienes tienen mal equilibrio y no pasan la prueba tienen un mayor riesgo de morir. En concreto, el 84 % de quienes no logran superar la prueba. Pero los investigadores han querido subrayar que este estudio es meramente estadístico y que no se ha encontrado una relación causa-efecto directa entre la falta de equilibrio y el riesgo de morir a corto o medio plazo.
La falta de equilibrio se relaciona con un menor grado de autonomía
Aunque también destacan que la incapacidad para mantenerse en equilibrio sobre una pierna se relaciona directamente con una menor autonomía de la persona, ya que en muchas situaciones cotidianas -por ejemplo, al subir escaleras o bajar de un coche- tenemos que apoyar el peso del cuerpo sobre una pierna antes de caminar.
Por eso, este sencillo test de equilibrio puede darnos una somera idea del estado general de salud de una persona mayor, permitiéndonos actuar en consecuencia, quizás aplicando un programa de ejercicio físico para entrenar esas capacidades y mejorarlas. Es la mejor enseñanza que nos deja este estudio.
