Cada vez más empresas del sector residencial y sociosanitario buscan cómo evitar el desperdicio de alimentos en centros para mayores, donde generalmente se producen y sirven centenares de comidas cada día, muchas de las cuales terminan en la basura. Aunque cada vez cuentan con procesos más optimizados, el derroche de alimentos en el mundo occidental es una lacra con consecuencias éticas y medioambientales que es necesario atajar.
Para contribuir a la reducción del desperdicio de comida, Sodexo acaba de lanzar en España ‘WasteWatch’, un programa impulsado por Leanpath, líder en soluciones para evitar el desperdicio de alimentos, que permite reducir en hasta un 50 % el derroche en aquellos centros que implementen su metodología.
WasteWatch by Leanpath ofrece datos sobre los alimentos que se están desperdiciando y apunta las razones, lo que permite a los centros residenciales ajustar mejor sus propios procesos de trabajo para evitarlo en el futuro. Detrás hay una tecnología de medición inteligente de desperdicio de comida que comenzará a probarse en 3.000 centros con los que trabaja Sodexo en la actualidad. “Haremos un seguimiento de la cantidad de comida que se pierde, comprometiéndonos a hacer públicas esas cifras para despertar una sensación de urgencia, de manera que nos sirva de motivación para hacerlo siempre mejor”, ha explicado Denis Machuel, CEO de Sodexo.
La compañía desplegará WasteWatch by Leanpath a lo largo de los próximos años con el objetivo de haber reducido el desperdicio de alimentos a la mitad en 2025. “El programa es una revolucionaria aproximación a los servicios de comida”, explica Machuel, “nuestros chefs, expertos en compras, responsables de centro y equipos de atención al cliente están formados y animados para pensar creativamente e innovar en la forma en la que planificamos, utilizamos y servimos la comida, con el fin de reducir todo desperdicio evitable”, añade.
Reducir el desperdicio de alimentos en centros residenciales es algo de lo que todavía se habla bastante poco, pero que entronca con las crecientes políticas medioambientales a las que empiezan a prestar atención estas compañías, y que por el momento se está materializando en la búsqueda de fuentes de energía renovables o en la reducción de residuos, así como en su correcta separación y reciclaje. Pero evitar el desperdicio de comida tendría un impacto directo también en las cuentas de resultados de las empresas que comiencen a prestar atención a este problema, ya que podrían optimizar sus procesos y producir únicamente la cantidad de alimentos necesaria para su funcionamiento.
Se estima que un tercio de la comida que se produce en el mundo acaba desperdiciada, a pesar de que más de 840 millones de personas pasan hambre en el mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En España, cada hogar desperdicia al año casi 80 kilos de comida, lo que eleva a 1,5 millones de toneladas el total a nivel nacional y solo en el ámbito privado, según datos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). La cifra asciende a 89 millones de toneladas en toda Europa, alimentos valorados en 143.000 millones de euros.