Estamos en medio de un debate social. Quizá un poco manipulados por las noticias que salen en prensa y no bien informados.
Hablo de la eutanasia, cada pocas semanas aparece ruido sobre este tema, con casos llamativos que nos tocan el corazón y no siempre del todo correctamente documentados, son muy emotivos y despiertan malestar.
A estas alturas la gente que lee está pensando: ¿está en contra de la eutanasia?, ¿nos va a soltar un rollo moralista sobre el valor de la vida?
Mi reflexión es diferente. Se trata de alertar sobre la necesidad de tener los conceptos claros y a partir de ahí que cada persona tenga su propia opinión.
Me parece fundamental diferenciar conceptos, para no equivocar términos y mezclar todo como si fuese un tema único. Hay varias reflexiones esenciales sobre las que consensuar.
La primera reflexión
¿Tenemos los cuidados paliativos correcta y completamente desarrollados por todo el territorio?
¿Tiene la posibilidad de los mismos cuidados una persona de zona rural de León (por poner un ejemplo) que alguien que vive en un distrito de Madrid?
Los equipos especializados en paliativos, ¿son completos y están dotados del personal necesario?
Este es un punto importante de este tema. Sin unos paliativos adecuados, puede existir mayor posibilidad de personas que lograrían tener mejores cuidados la final de su vida. Aun así, no es decisivo sobre el resto de reflexiones, simplemente es un tema íntimamente relacionado con el proceso de morir.
Hace poco se ha publicado un atlas que analiza los recursos empleados en paliativos en cada país europeo, datos muy interesantes. En este “examen” podemos ver que la Asociación Europea de Cuidados Paliativos recomienda dos servicios especializados cada 100 mil habitantes: uno hospitalario y otro domiciliario.
El porcentaje de servicios por cada 100 mil habitantes va de 2,2 en Austria, al 0 en Uzbequistán, pasando por el 0,6 en España. En nuestro caso con muchos más servicios domiciliarios que hospitalarios. Es fundamental una implantación de los equipos de cuidados paliativos mayor que la actual.
La segunda reflexión
Hay conceptos diferentes que a veces en las noticias no están claramente definidos: ¿diferenciamos sedación paliativa, suicidio asistido y eutanasia?, porque son cosas muy diferentes.
Sedación paliativa. Es la disminución de la consciencia en una persona en situación de terminalidad (es decir, cuya esperanza de vida por su proceso incurable es menor a seis meses) que tiene un síntoma refractario a los tratamientos, por ejemplo disnea (ahogo, asfixia). El objetivo es tratar el síntoma que produce sufrimiento, siempre que el enfermo esté de acuerdo. Aceptado legalmente por la ley española.
Suicidio asistido. Es ayudar a una persona que quiere acabar con su vida y que no puede por sus propios medios. Proporcionarle el fármaco. Ilegal en España.
Eutanasia es un acto médico en el que un profesional suministra un/os fármaco/s a una persona que ha solicitado acabar con su vida. La solicitud debe ser primero aprobada por un comité. Ilegal en España.
Son temas muy delicados, ya que pertenecen al ámbito de la enfermedad y la muerte, ambos complejos de abordar porque generan miedo y sufrimiento en los seres humanos, por eso es importante que el tema salga de las noticias sensacionalistas y se aborde con madurez.
Y una tercera reflexión
Los profesionales de la salud podemos tratar los síntomas (dolor, ansiedad, disnea, nauseas, etc.), pero no podemos curar el sufrimiento. En esas situaciones podemos apoyar, acompañar, escuchar, estar presentes, aliviar, pero no hacer desaparecer ese sufrimiento.
Por eso, creo que si una persona, tras ser controlados todos sus síntomas, apoyado y tratado por un equipo de cuidados paliativos especializado, manifiesta reiteradamente su voluntad de morir ante la situación de enfermedad incurable que padece. ¿No será adecuado y humano ser compasivos?
Salomé Martín
Directora de Desarrollo Técnico de Eulen Sociosanitarios