“Hay que reconfigurar los servicios sociales como servicios esenciales”, afirman desde la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. El coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de un sistema de servicios sociales robusto que permita “evitar el sufrimiento de las personas vulnerables” a través de “prestaciones y servicios por derecho que eviten riesgos sociales y la quiebra de la cohesión social”.
Los bancos de alimentos y asociaciones como Cáritas están alertando de las graves consecuencias económicas a las que se enfrentan miles de familias en España. Se calcula que casi dos millones de personas se han visto afectadas por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En muchos casos, se trata de familias que han pasado a no recibir ninguna clase de ingreso. “La epidemia de coronavirus está poniendo a prueba nuestra cohesión social”, explican desde la Asociación.
En febrero, casi seis millones de personas eran usuarias de servicios sociales en España. La cifra podría escalar a los 10 millones de personas en los próximos meses. Y el principal problema es que los servicios sociales no están preparados para asumir este crecimiento, habida cuenta de que antes de la pandemia ni siquiera podían absorber las necesidades que ya tenían.
En paralelo, para muchas personas resulta una odisea acceder a prestaciones. “Los procedimientos administrativos para hacer llegar las prestaciones y servicios de los Servicios Sociales a los ciudadanos son tan complejos y eternos que finalmente se vuelven ineficaces”, destacan desde la Asociación Estatal de Directores y Gerentes Sociales. “Esta ineficacia se agravará en el afrontamiento de la situación de emergencia social que estamos viviendo”, añaden.
Desde esta Asociación apuestan por una combinación de presupuestos públicos “gestionados con agilidad por Autonomías y Ayuntamientos” que cuenten con “la prescripción facultativa de los profesionales” del sector, quienes deberán aportar “sensibilidad social” y “compromiso” a la hora de analizar las peticiones. Además, apuestan por aplicar la “imaginación” para reorganizar el sistema.
La Asociación también ha dedicado palabras a la situación de los mayores y a la de las personas en situación de dependencia. Se calcula que 400.000 personas están en lista de espera para acceder a una prestación, mientras que casi medio millón de mayores de 65 años disponen del Servicio de Ayuda a Domicilio, que la Asociación pide “volver a valorar para ajustar las tareas más adecuadas y reasignar con nuevas intervenciones a estas personas”. Es decir: adaptar el servicio a las necesidades de cada sujeto, más allá de prestar los servicios de forma homogénea. Solo así se logrará atender en condiciones a quienes más lo necesitan en los momentos más duros que recuerda España.