El futuro de las residencias de mayores no está del todo claro. España seguirá ganando esperanza de vida durante las próximas décadas, hasta el punto de convertirse, probablemente, en el país con mayor longevidad del planeta.
Un hecho positivo que nace del estilo de vida del país, pero que traerá consigo un paralelo aumento de las discapacidades, derivadas de ampliar la cantidad de personas que superen edades en las que suelen aparecer enfermedades incapacitantes.
Con esta perspectiva en el horizonte, el actual modelo de residencias de mayores será más necesario que nunca: centros en los que las personas privadas de autonomía son cuidadas por profesionales que se encargan de proporcionarles sus necesidades básicas en un entorno comunitario y seguro.
Ahora bien, este modelo necesariamente tendrá que convivir con modelos que hibriden estas dinámicas básicas. Porque hasta llegar a un estado de privación de autonomía, total o parcial, generalmente se recorre un camino que la medicina se encargará, parece, de retrasar todo lo posible. De este modo, habrá muchos mayores de 65 años, y de edades superiores, con plena autonomía.
Muchos de estos mayores querrán continuar viviendo en sus casas, como ya sucede, para lo que la tecnología se convertirá en un importante aliado con herramientas como la teleasistencia avanzada. En otros casos, se combinará el uso de dispositivos tecnológicos con el apoyo de profesionales del servicio de asistencia a domicilio.
Pero habrá una tercera fórmula que todavía es poco frecuente en España pero muy utilizada en otros países de Europa: los complejos residenciales para personas mayores.
En San Rafael, una localidad cercana a Segovia, la compañía Comuniti Villages levantará un resort para personas mayores que se convertirá en una “alternativa a la vejez tradicional”, ofreciendo “una jubilación novedosa y diferente”, como explican fuentes conocedoras del proyecto.
La idea es levantar un complejo residencial asistido. Una urbanización en la que cada persona vivirá en su propia casa, ubicada en un complejo dotado de servicios deportivos, recreativos, culturales o comerciales. Incluso contará con su propia iglesia y con zonas de coworking para fomentar la jubilación activa.
Un entorno rodeado de zonas verdes que ofrecerá “una vida de lujo asequible y sin preocupaciones que gira en torno al concepto de todo incluido, con una cuota mensual que incluye todo lo que necesitas”, explica la compañía impulsora. La cuota incluirá la manutención, alojamiento, mantenimiento de la casa, limpieza y acceso a todos los servicios comunitarios. Además, el complejo contará con servicios médicos de atención primaria e incluso hospitalaria, que también se incluirán en el precio.
Obviamente, un resort de estas características, típico de las películas y hecho realidad en países en los que viven grandes comunidades de expatriados de alto poder adquisitivo, no será barato. Se desconoce el precio de vivir en Comuniti Villages, en parte porque las obras para levantar el complejo arrancarán en la primera mitad de 2021. Pero sí se sabe que aquellas personas mayores que lo deseen, podrán participar activamente en las actividades comunitarias como voluntarios, lo que les permitirá descontarse parte de la cuota mensual.
Habrá que esperar a que culminen los trabajos para analizar el éxito que un modelo de estas características puede tener en España. Por ahora, lo más parecido que tenemos son las cooperativas para personas mayores, como la iniciativa Convivir, de la que hablamos en su momento en ‘NGD’.