¿A qué se dedica Felizvita?
Es una empresa social que se dedica a la atención a domicilio para personas dependientes y a favorecer el trabajo para personas en riesgo de exclusión social. Une dos necesidades para que ambas partes salgan beneficiadas, en un momento tan difícil para tantas personas.
¿Felizvita pone en contacto a cuidadores con las familias?
Nosotros, a profesionales o gente no profesional a la que damos formación, les ofrecemos el trabajo de ayuda a domicilio. No solo intermediamos, ya que tenemos nuestra propia plantilla de cuidadores. Son profesionales en riesgo de exclusión social ya sea por sus trabajos anteriores, por su familia o por haber llegado de sus países de origen y no tenían red social aquí.
Felizvita tiene su propia plantilla de trabajadores, mientras que otras plataformas simplemente intermedian. ¿El contrato se hace entonces con Felizvita?
Nosotros tenemos los dos servicios: actuamos como intermediarios o como prestadores del servicio asistencial con personal propio, si el cliente lo pide. Esto se debe a que los costes de contratación son tan altos, que el precio que tienen que pagar las familias es muy elevado. Y por eso hemos tenido que buscar esa figura intermedia para que puedan tener un servicio de calidad con las máximas garantías.
Lo que más nos diferencia de las plataformas que solo ponen en contacto a las familias con los cuidadores es la personalización del servicio. Nosotros hacemos una inversión muy fuerte en departamento de coordinación, que va a los domicilios a valorar la situación del usuario, el entorno social, el domicilio, etc.
También asesoramos durante el procedimiento, tramitamos la Ley de Dependencia… Y vinculamos uno a uno: un cliente está vinculado siempre a un mismo coordinador y cuidador, salvo causa de fuerza mayor.
Felizvita hace una valoración previa de cada cliente. ¿Qué criterios se tienen en cuenta para ello? ¿En qué consiste esta valoración?
El protocolo que se sigue es analizar patologías, carácter, cómo duerme, qué tipo de medicación toma, sus hobbies, su vida profesional… Son pequeñas cosas que nos den la información oportuna para elegir de entre nuestros profesionales al perfil idóneo.
De esta manera, minimizamos el riesgo de rechazo y rotación entre profesional y usuario. Esta valoración es fundamental si queremos hacer bien nuestro trabajo. Y es gratuita para los clientes. Nos da muchísima luz de cara a seleccionar el perfil idóneo.
¿Cuántos profesionales tiene Felizvita ahora mismo en plantilla?
Estamos en Madrid y en Barcelona, y contratados en régimen general tenemos unos 200 profesionales. Y gestionamos, en régimen de intermediación -donde no somos los empleadores, pero sí garantizamos el correcto desarrollo de la asistencia, dando soporte- serán unos 300, aproximadamente.
¿Cuánto tiempo lleva funcionando la empresa?
Desde 2014. Con mucho esfuerzo y dedicación estamos creciendo e intentando dar un servicio de calidad a las personas que nos lo han dado todo en la vida.
Están proliferando muchas empresas similares, algunas de ellas cerrando importantes rondas de financiación. ¿Está atomizado el mercado o España tiene una población de personas mayores lo suficientemente alta como para que haya sitio para todos?
De manera inicial, hay margen para todos. Pero todo depende de la calidad del servicio que quieran recibir las personas. Al final, la moral, la ética, el cómo queremos que nuestros padres estén atendidos y la garantía, van a ser esencial.
Más que empresas de asistencia a domicilio, yo lo llamaría plataformas de vinculación de trabajadores con usuarios. Es un modelo loable y bueno, pero creo que para las personas que busquen algo diferencia, con cariño, cuidado y respeto, no lo van a encontrar. Al final, el personalizar el servicio en personas, que es lo que hacemos nosotros, es mejor, más bonito y da más tranquilidad a los clientes.
Y es verdad que, como actúan como agencias, cobran unos márgenes muy bajos, quizás de 50 euros, porque no tienen, como nosotros, un departamento de calidad que va a los domicilios de forma inesperada para valorar si se está haciendo bien o no.
Es otro tipo de servicio que está atomizando el mercado, pero ese es su modelo. No creo en él a nivel social o de calidad de servicio, pero hacen una función muy válida.
El hecho de que Felizvita contrate a los trabajadores quizás haga que su servicio sea más caro que el ofrecido por otras plataformas similares.
Si tuviese que cobrar lo que cobran otros competidores, con un margen de máximo 80 euros por cliente, necesitaría un volumen a escala nacional, y no podría tener un departamento de calidad para ir a domicilios a escala nacional. Sería inviable.
No podría tener un equipo de coordinación vinculado directamente al cliente, no podría tener un servicio de calidad o servicios extra con atención 24 horas al día, personalizada. Y los costes de contratación como régimen general son mucho más elevados que como empleados de hogar.
Un servicio de ayuda a domicilio prestado por una empresa autorizada por la Comunidad de Madrid o la Generalitat, es más caro. Porque cubrimos las vacaciones del personal sin coste adicional, las bajas…
¿Han notado que la pandemia haya aumentado la demanda de un servicio como el prestado por Felizvita?
Siendo franco, no lo hemos notado tanto en crecimiento de solicitudes de información, pero sí en que la gente apuesta más por la asistencia a domicilio. Solo un 1% han sacado a sus familiares de las residencias. Nosotros pensábamos que sucedería, pero no ha sido así. Se ha notado un ligero incremento, quizás por gente que ha salido de COVID y necesitaba recuperación en domicilio.
¿Cree que un servicio como el de Felizvita es competencia directa de las residencias de mayores? ¿Pueden crearse sinergias entre ambos modelos?
A nivel de compatibilidad, es imposible. Se puede con un centro de día, ya que los usuarios duermen en sus casas y se ofrece el servicio de asistencia a domicilio cuando no están en el centro de día. Pero en un centro residencial tienen todo cubierto, están viviendo allí.
Podríamos prestar servicios como hacemos con Amavir, donde nosotros damos servicios adicionales que la residencia no puede ofrecer, como acompañamiento al médico o acompañamientos especializados dentro de la residencia para familiares que quieren una estimulación privada, particular. Pero no se pueden combinar estos servicios de asistencia residencial y asistencia domiciliaria.
Además, nosotros somos fieles creyentes de que se puede estar en casa hasta el último de los días, pero hacen falta los recursos necesarios, y no es el recurso más económico. Hace falta dejarse asesorar para tomar las decisiones oportunas en cada caso.
¿Puede una persona con gran dependencia seguir viviendo en su casa?
Sin duda, con los medios adecuados. No es que lo crea, es que lo sé. Es algo empírico que hacemos viable día a día. Lo único que condiciona la asistencia domiciliaria son las patologías psiquiátricas que generan violencia o maltrato hacia los profesionales, que no se frenan si no están medicadas, y que imposibilitan que un profesional esté dando la asistencia. En las residencias es más fácil medicar a estas personas, en los domicilios es más complejo porque dependes de médicos, de que la familia se deje asesorar, etc.
¿Tienen previsión de seguir creciendo?
Nuestros planes son abrir entre uno y dos puntos en 2021. Y estamos acometiendo una importante inversión, creando un conjunto de clínicas de rehabilitación y fisioterapia para adultos mayores, con el objetivo de que puedan recuperar su autonomía e independencia perdida por determinadas patologías. Hemos desarrollado un método de intervención propio. Los centros se llaman MásVita, y la idea es que estén operativos hacia mayo de este año, la primera clínica.
¿Cuidamos bien a los mayores y dependientes en España? ¿Están preparados los recursos para la demografía que tiene el país?
Creo que hay empresas, como Felizvita, que están preparadas y con ilusión por hacerlo posible. Tenemos unos profesionales tremendamente cualificados y con una vocación increíble. Lo único que falla es, como en muchos casos, la coordinación con la Administración, a nivel de cómo se imparte la formación – que dificulta trabajar-. Y que, a nivel de recursos, va a ser difícil que las familias puedan seguir contratando servicios privados de estas características, que van a ser muy costosos.
Es ahí donde tiene que haber un empuje. Somos un país fortísimo, con buenos valores, pero necesitamos ir coordinados con una Administración y un sistema político que tenga vocación por que la asistencia domiciliaria sea potenciada.