La vacunación contra el coronavirus avanza a dos velocidades: la percibida -que da la sensación de una objetiva lentitud- y la real -que, pese a las cifras, demuestra que cualquier intervención de este tipo tiene consecuencias significativas sobre el curso de la pandemia-.
Según datos proporcionados por el Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), el 79 % de las residencias de mayores de España ya han inmunizado a sus usuarios y trabajadores con la doble dosis de las vacunas disponibles hasta ahora en la Unión Europea: Pfizer-BioNTech y Moderna. La vacuna de AstraZeneca, el tercer fármaco aprobado en la UE, no se está aplicando a mayores de 55 o 65 años, al no disponerse de datos concluyentes sobre su efectividad en estos grupos.
Un barómetro de CEAPs refleja que el 96 % de las personas mayores residentes en 8 de cada 10 de estos centros ya han recibido al menos una dosis de las vacunas, así como el 90 % de los profesionales que los atienden.
Las cifras de vacunación en España, a 13 de febrero, indican que algo más de un millón de personas ya han recibido las dos dosis. Apenas son el 2,1 % de la población, pero los efectos de la inmunización se empiezan a notar, aunque solo el 46 % de los usuarios sean totalmente inmunes, según CEAPs: el 93 % de los centros que han completado la pauta de dos dosis están libres de brotes de contagios. Y, según datos publicados por ‘El País’, en la última semana se han notificado 103 brotes en residencias de mayores, la mitad que durante las dos semanas anteriores. Las vacunas funcionan y salvan vidas.
A pesar de ello, y como explica Cinta Pascual, presidenta de CEAPs, “las medidas de seguridad e higiene y de uso de mascarillas deberán mantenerse, a pesar de haber recibido la vacuna, hasta que las Autoridades sanitarias lo recomienden”. No en vano, se han dado casos de brotes y contagios entre las dos dosis de la vacuna, y además se desconoce si estos fármacos pueden evitar contagiarse. Sí se sabe que evitan desarrollar una enfermedad grave, y por tanto la muerte, pero se desconoce si la persona vacunada se puede contagiar y ser asintomática contagiadora o cursar una enfermedad leve (en cuyo caso también contagiaría a terceros). Y hay que contar con las variantes del virus, algunas de las cuales podrían hacer perder efectividad a las vacunas actuales, lo que podría llevar a la persona vacunada a contagiarse con estas nuevas cepas.
A pesar de ello, muchos centros están diseñando nuevos protocolos para ampliar las visitas de familiares, con nuevas medidas de seguridad que permitan equilibrar la inmunidad de los usuarios con el riesgo que continúa existiendo. Conforme avance el proceso de vacunación en España se podrán ir relajando más medidas y, entonces, empezar a dar por terminada la pandemia.
Es responsabilidad de todos seguir aplicando las medidas de seguridad de forma estricta, sobre todo el uso de mascarilla en todo momento y lugar, mantener la distancia social con otras personas, ventilar espacios cerrados -los cuales es mejor evitar, en cualquier caso- y extremar la higiene de manos.