Hace tan sólo unos días se cumplió un año desde que la maldita pandemia provocada por el Covid19 hizo su aparición en nuestras vidas, muy especialmente en nuestros centros de mayores. Todos coincidimos, a un año vista del inicio de esta pesadilla, que nada volverá a ser lo mismo. El coronavirus ha convulsionado a nuestro sector, lo ha sacudido de tal manera que ha removido los cimientos de nuestras estructuras.
Al principio, la opinión pública, liderada por unos medios de comunicación, en general, desinformados o mal informados, nos puso en entredicho, de forma rotunda y global. Los recursos para mayores, cualquiera que fuese su naturaleza, debían redefinirse integralmente. Nada servía. Llenamos horas de televisión y radio hablando de la necesaria reestructuración de las residencias, de la falta de recursos, de la precariedad en la gestión. Por suerte, relativamente pronto vino la etapa en la que patronales como AMADE y CEAPS consiguieron tener voz y expresar la verdad de cómo se había tenido que afrontar la primera ola de la pandemia. Eso permitió ver que nuestro sector es un conjunto de organizaciones más sociales que sanitarias y que, gracias a la profesionalidad de los equipos, hiciera frente a una crisis de la mayor magnitud que ha vivido nuestro país
Y, ahora, ¿dónde estamos? Quizás de una manera metafórica estamos "en las primeras horas tras una gran tempestad". Las aguas están ya más calmadas, la vacuna está apaciguando la marea. Como sector, y continuando con el símil marinero, estamos evaluando los daños en nuestros barcos y remendando la estructura de nuestras naves para no hundirnos y llegar a puerto. Pero... ¿a qué puerto?
Hemos de navegar hacia el puerto de la Transformación. Nos hemos de reinventar, tomando en consideración todo lo que hemos evolucionado como sector en los últimos años, pero también tomando buena nota de las carencias y puntos débiles que ha dejado en evidencia el Covid19. Hemos de avanzar para ser agentes de cambio. No esperemos a que nos transformen.
Para el equipo de Camon Consulting la transformación responde básicamente a tres ejes:
1) Transformación del modelo de gestión. Un modelo en el que diferenciemos, como lo hacen en buena parte de los países de nuestro entorno, entre lo social, lo sanitario y lo hotelero. Un modelo que, a la vez, tenga como línea conductora en el respeto de los derechos fundamentales de la persona recogidos en la Convención Internacional de los Derechos de Personas con Discapacidad emitido por la ONU en el 2006.
2) Transformación orientada a la incorporación de productos y servicios. Trabajando para dar respuestas integrales a nuestras personas usuarias, dejando de ser recursos aislados para ofrecer una amplia oferta de recursos que permitan acompañar a la persona en la evolución de su dependencia. Crear sinergias y puentes entre organizaciones o incluso con la propia administración.
3) Transformación enfocada a la especialización. Evaluando las características de nuestros recursos humanos, materiales, ubicación, etc. Pensemos en quién queremos ser a partir de ahora. La lógica y la evolución sociológica nos lo indica, la sociedad es cada vez más diversa y nuestros mayores cada vez buscan recursos más especializados, no sólo en servicios, sino en cultura, filosofía y trato. Hemos de apostar por dar respuesta a las nuevas necesidades.
Camon Consultores
Colaboradores de AMADE