En primer lugar, me gustaría agradecer a AERTE el haber podido participar en la Asamblea General celebrada en Valencia. Allí se constató que AERTE avanza en su proceso de buscar soluciones para la gente vulnerable y garantizar la igualdad de un programa tan serio como el que se está llevando a cabo en España. Fue el momento de rendir cuentas con las entidades asociadas y una oportunidad única para compartir espacios para la reflexión sobre la situación que estamos viviendo y el futuro del sector.
¿Qué sector asistencial se dibujó en la Asamblea: uno optimista o pesimista sobre su propio estado actual?
Este ha sido uno de los sectores más golpeados durante la pandemia Covid-19. A esto hay que sumarle que, después de controlar una crisis sanitaria sin precedentes que les ha golpeado duramente, ahora se enfrentan a otra reputacional. Los datos de la Consellería de Sanidad demuestran que el nivel de contagio en las residencias se ha reducido al mínimo gracias a la vacunación y la situación general. Además, se han flexibilizado las normativas y poco a poco avanzan hacia la normalidad del día a día. Por lo tanto, yo me atrevería a decir que el futuro del sector es optimista y que saldrá muy reforzado.
¿Cree que el sector asistencial, con todas las aristas que lo componen, se está recuperando del daño provocado por la pandemia? ¿Cómo cree que será el sector a medida que dejemos atrás el virus?
Hoy en día hay pocos espacios con un nivel de vacunación tan elevado como las residencias, podemos decir que son lugares seguros a ojos de cualquier persona. Esto no era así meses atrás. Por otro lado, hay más de 1300 plazas bloqueadas en residencias de una comunidad en la que hay déficit.
Las residencias, ahora casi sin casos Covid, se están centrando en recuperar la normalidad para mejorar la vida de los residentes, recuperarse económicamente y alzar la crisis reputacional. Además, los cambios y medidas que se han implementado en el sector ayudarán a construir un futuro para las residencias prometedor y con garantías.
¿Cómo están contribuyendo desde Elis a la protección, defensa y reforma del sector de atención a la dependencia en general?
Elis, ante la pandemia, puso en marcha una comunicación con el sector para ofrecer ayuda en esos momentos delicados donde la falta de recursos, sobre todo del personal, era evidente. Colaboramos con residencias independientes y grandes grupos de mayores y hemos podido constatar que administrar una lavandería interna no es fácil. La instalación de una lavandería interna conlleva un gran coste de inversión, inversión que podría ser utilizada para ampliar o mejorar los servicios e instalaciones del centro, no teniendo de esta forma que destinar recursos a una actividad que no reparta ningún beneficio al centro.
Por lo tanto, la externalización del servicio, además de ahorrar preocupaciones sobre la seguridad de los procedimientos de lavado y limpieza de la ropa, les permite centrar todos sus esfuerzos y recursos en mejorar sus servicios e infraestructuras.
En un momento en el que la higiene es más importante que nunca, ¿qué propuestas está ofreciendo Elis a las empresas del sector para sobrellevar esta época que vivimos?
Con más de 100 años de experiencia, Elis es un proveedor internacional multiservicio que ofrece soluciones de alquiler y mantenimiento de la ropa de cama, baño, mantelería y vestuario laboral específicas para cada sector de actividad. Además, ante la pandemia, Elis ha desarrollado e implementados protocolos de actuación con medidas que garantizan la desinfección, higiene y seguridad de la ropa y del personal.
En lo que se refiere al sector de la atención de personas mayores o en situación de dependencia, Elis ofrece el servicio de lavandería para la ropa de los residentes, siendo el único exclusivo de este sector. Para ello, Elis cumple con los estándares de calidad de servicio más exigentes, aportando a sus clientes una total trazabilidad de las prendas.
¿Por qué la externalización de determinados aspectos clave en el sector residencial o sociosanitario puede ser útil para las empresas? ¿Cómo vencería posibles reticencias?
Al externalizar servicios, Elis ofrece estas ventajas: Soluciones a medida, según necesidades; Flexibilidad, el hecho de que se subcontraten determinados servicios supone que la empresa pueda adaptarse a los cambios con mayor rapidez, por ejemplo, dimensionando la plantilla necesaria en función de las necesidades del momento; Reducción de costes al eliminar los costes laborales, inversiones, compras, suministros, transformando costes fijos en variables; Aumento de productividad, ya que el centro no consume tiempo ni recursos en aspectos como selección de personal, y se centra en su actividad, cuidar de los más mayores; y Optimización de procesos y cultura basada en la mejora constante.