La Fundación Caser ha premiado a un proyecto que busca ayudar a personas con trastorno del movimiento funcional (TMF) a través de su Programa de Ayudas a la Investigación Sociosanitaria.
El proyecto, dirigido por Pablo Mir, coordinador de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Instituto de Biomedicina de Sevilla, y Daniel Macías, neurólogo e investigador del Grupo de Trastornos del Movimiento del mismo centro, ha sido el ganador de la cuarta edición de este programa de ayudas que impulsa Caser a través de su fundación.
Los investigadores han creado un método para evaluar la eficacia de las terapias dirigidas a pacientes con trastornos del movimiento funcional (TMF), también conocidos como trastornos conversivos, psicógenos o síntomas médicamente no explicados o de origen no orgánico. Se trata de una patología difícil de diagnosticar, ya que las pruebas que se realizan a los pacientes no arrojan ninguna alteración que explique la sintomatología, que va desde dificultad para caminar, hasta temblores. Son síntomas típicos de trastornos neurológicos que, en este caso y a priori, no existen en realidad, por lo que muchas veces se achacan a estrés, algo que se agudiza en los pacientes al no obtener una respuesta clara sobre su problema.
A pesar de ello, y como explican desde el Hospital Ruber, existen tratamientos para estos pacientes, casi siempre personalizados. Y es ahí donde entra en juego el método desarrollado por los investigadores del centro sevillano, que buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes, reducir su grado de dependencia y aportar pistas tanto a los médicos como a los terapeutas y cuidadores a la hora de evaluar el grado de éxito del tratamiento aplicado.
En concreto, el programa premiado por la Fundación Caser integra fisioterapia y terapia cognitivo-conductual -típica de la psicología- para contribuir al diagnóstico y tratamiento posterior. Después, se han creado unos marcadores clínicos y neurofisiológicos que buscan poder arrojar una mejor planificación de la terapia a seguir.
Gracias a estos programas de investigación, y a la financiación que obtienen a través de iniciativas como la de Fundación Caser, los pacientes que sufren estas patologías, considerables ‘enfermedad rara’, pueden mejorar el diagnóstico, tratamiento y bienestar.