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Lázaro González: “Cuando una persona se siente sola, es que, de alguna forma, ha sido abandonada por la sociedad”

Lázaro González es presidente de la Red Soledades / Imagen: Imserso.

Entrevista con el presidente de la Red Soledades

Lunes 20 de junio de 2022

La soledad no deseada en personas mayores es un fenómeno al que se va poniendo cara y cifras, pero cuya solución va un paso por detrás. El objetivo de la recién estrenada Red Soledades es sensibilizar a la sociedad sobre este grave problema que afecta a dos millones de personas en España, y que provoca aislamiento social, depresión y sensación de vulnerabilidad. Hablamos con el presidente de la Red Soledades para profundizar en este problema, su verdadero significado y sus causas.

¿En qué consiste la Red Soledades y cuál es su objetivo?

La Red Soledades se fundó hace dos años y se presentó el 19 de mayo en el Imserso. Somos 40 organizaciones que trabajamos con personas mayores o con personas con discapacidad. El objetivo es unir nuestros intereses de cara a la soledad porque la unión hace la fuerza: cada una tiene su campo de trabajo, pero todas coincidimos en valores comunes de que hay que luchar contra la soledad y que las personas que están solas tengan acompañamiento y atención.

¿Cómo se va a articular esta lucha contra la soledad no deseada en personas mayores?

Vamos a hacer campañas de sensibilización social, hacer que la sociedad comprenda que la soledad no deseada es un problema grave que hace sufrir a las personas, y que hay más de dos millones de personas en esta situación en nuestro país. Para ello, queremos hacer ver que las personas que están solas no es que sean personas raras, sino personas que se han sentido abandonadas y se han aislado porque no tienen relaciones que consideras aceptables. Hay que desestigmatizar la soledad.

También vamos a promover estudios de universidades, y vamos a difundir buenas prácticas y proyectos sustentables en el tiempo que den buenos resultados. Ya hemos tenido dos jornadas en este sentido. Y haremos formación.

Dentro de estas 40 organizaciones habrá algunas que gestionen o posean residencias de mayores. ¿Cree que se está trabajando para combatir la soledad dentro de estos centros?

No se puede hacer un juicio general, pero sí deberían. Los centros, residencias y hogares de mayores deberían contribuir a ayudar a las personas a que no se sientan solas. Con la pandemia, muchas personas se sintieron solas a pesar de estar con gente en las residencias, sobre todo durante el confinamiento, donde no pudieron ver a sus familiares. Por tanto, las residencias, dentro de sus fines, deberían ayudar a las personas a tener unas relaciones aceptables, ya sea con los cuidadores, con otros residentes o con las familias, porque esto es un elemento fundamental en los cuidados que deben tener.

Y a nivel social, ¿la gente está concienciada sobre este problema de la soledad en personas mayores?

Creo que estamos poco concienciados porque nos olvidamos de gente que está sola y no sabe hacer sus gestiones o se pasa horas frente al televisor. No estamos suficientemente concienciados, e incluso pensamos que las personas se sienten solas porque son raras o se lo han buscado, y esto no es verdad. Cuando una persona se siente sola, es que, de alguna forma, ha sido abandonada por la sociedad.

En la sociedad tradicional eran las familias las que se encargaban de cuidar a las personas. Hoy el mundo ha cambiado, y es necesario que toda la sociedad se convierta en cuidadora, que las personas sintamos que tenemos derecho a ser cuidadas y acompañas, y también tenemos la responsabilidad de cuidar. Son derechos y deberes, pero estamos poco acostumbrados y sensibilizados porque vivimos en una sociedad muy individualista, de apáñese quien pueda, pero hay personas que no pueden y necesitan ayuda. Esto lo hemos visto de forma muy clara en la pandemia.

Hay personas que se sienten solas a pesar de no vivir solas. Están como desplazadas en su propio entorno. ¿Qué nos puede contar de este fenómeno?

La soledad no deseada no consiste solo en no estar acompañado, sino en que uno tiene relaciones que no le ayudan o le son aceptables. Yo puedo estar en un campo de fútbol con 100.000 personas y estoy acompañadísimo, pero puedo estar pensando por dentro que nadie es mi amigo y no le importo a nadie de los que están ahí. Esta es la diferencia.

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