Salud

Prevenir la artrosis con fisioterapia: así se puede retrasar su aparición y mejorar los síntomas

El CPFCM ha permitido experimentar a toda la población los principales síntomas de la artrosis.
Jueves 08 de septiembre de 2022

La fisioterapia puede reducir el riesgo de padecer artrosis, y además mejora sus síntomas una vez ha aparecido y contribuye a retrasar la necesidad de cirugía.

La artrosis es una enfermedad que afecta a cerca de siete millones de personas en España. Es la primera causa de incapacidad permanente y la tercera de incapacidad laboral temporal, lo que supone además un elevado coste social y económico: más de 4.700 millones de euros al año para el sistema sanitario español, según especialistas del sector. Además, se estima que la artrosis también genera el 35% de las consultas en Atención Primaria. Y es la mayor causa de pérdida de independencia en personas mayores, aunque los síntomas de la artrosis aparecen mucho antes de la llamada tercera edad.

Síntomas de la artrosis

La artrosis es la enfermedad articular más común. Afecta, sobre todo, a rodillas y manos, junto a las zonas lumbar y cervical. Esta patología se caracteriza por generar dolor en los pacientes, deficiencias funcionales, debilidad muscular y rigidez articular, mermando la calidad de vida de los pacientes. Además, puede impedir actividades cotidianas, como agarrar el pomo de una puerta, subir escaleras, bajar del autobús, caminar, cargar con la bolsa de la compra o abrir un bote.

Causas de la artrosis

La causa exacta de la artrosis no se ha podido identificar aún. Los principales factores que aumentan el riesgo incluyen lesiones articulares previas (incluso de niños), el sobrepeso (que ejerce presión sobre las articulaciones, contribuyendo a un desgaste más rápido), la edad o el hecho de ser mujer.

En las últimas tres décadas (1990-2019), el número de afectados por artrosis a nivel global ha aumentado un 48 %. Hay 520 millones de personas en el mundo que tienen artrosis, con cifras más preocupantes, como que el 80 % de las mujeres españolas postmenopáusicas tienen algún dolor. Más del 70 % de los mayores de 50 años tienen indicios de artrosis en alguna localización, y el 100 % a partir de los 75 años. Aun así, es una enfermedad que “se veía como una enfermedad inevitable ligada al envejecimiento y al desgaste físico de la población. Sin embargo, hoy sabemos que la artrosis afecta también a deportistas de élite, mujeres menopaúsicas, personas con sobrepeso e incluso jóvenes, no es solo cosa de mayores”, explica Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).

Concienciar a la población

Para concienciar a la población sobre los efectos de la artrosis, el CPFCM ha montado en el centro de Madrid un ‘Túnel del Terror’ que recrea las condiciones de vida de una persona con artrosis. El objetivo es empatizar con las personas que conviven con dolores y limitaciones en la movilidad, así como destacar el papel que la fisioterapia puede jugar en la mejora de los síntomas de la artrosis.

“Es muy importante que las personas con artrosis obtengan ayuda en cuanto comienzan los síntomas y la fisioterapia es una aliada imprescindible. Incluso, en quienes ya viven con la enfermedad, hay medidas que pueden tomar ahora mismo para evitar que empeore y para mejorar su calidad de vida y su bienestar”, añade Araújo.

Las investigaciones sobre la artrosis de cadera y rodilla demuestran que la actividad física ayuda significativamente a reducir el dolor más que el paracetamol. En este contexto, el ejercicio terapéutico es una “medicina”.

Fisioterapia para la artrosis

Además, la fisioterapia brinda asesoramiento y educación sobre cómo aliviar el dolor y las formas de controlar la enfermedad, enseñando a las personas que viven con artrosis cómo mejorar el movimiento de las articulaciones, la marcha y fortalecer los músculos.

La actividad física regular también reduce el riesgo de padecer artrosis, fracturas de cadera y de caídas en las personas mayores, y puede prevenir o retrasar la necesidad de cirugía. A la vez, aumenta la independencia.

Cuando se necesita una sustitución articular, muchas personas acuden a fisioterapia antes y después de la operación para prepararse y obtener el máximo beneficio de la cirugía, y recuperarse en un plazo más corto y en las mejores condiciones.

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