¿Qué es Solidarios?
Solidarios es una asociación sin ánimo de lucro. Una entidad de voluntariado que busca promocionar una ciudadanía activa. Nace en 1987 la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, con la que tenemos un convenio y seguimos vinculados, porque nos ceden espacios.
Tenemos cuatro sedes, en Madrid, Granada, Sevilla y Murcia. Somos 12 trabajadores y gestionamos unos 800 voluntarios cada año. Se dedican a desarrollar programas con cuatro colectivos: personas mayores, sobre todo que viven solas; personas con enfermedad mental grave; personas sin hogar en situación de calle; y entorno penitenciario.
¿Qué tipo de voluntariado promueven?
Básicamente, un voluntariado con vocación de transformación social: personas que dedican un poco de su tiempo para atender alguna realidad de estos colectivos. En esa relación, en un plano lo más horizontal posible, te preguntas por las causas de que haya colectivos en situación de exclusión social. Trabajamos mucho la sensibilización sobre los problemas de estos colectivos, así como la lucha contra los prejuicios y estigmas que se tiene hacia ellos.
Comenta que, en personas mayores, trabajan contra la soledad no deseada. ¿Cómo se articula desde Solidarios este trabajo?
El programa de mayores se desarrolla, fundamentalmente, en dos líneas: una es el acompañamiento a personas mayores a través de voluntariado social, donde formamos voluntarios que se comprometen unos cuantos meses a desarrollar el acompañamiento de forma semanal, ya sea en domicilio o saliendo a hacer alguna actividad. Para nosotros es fundamental la creación de un vínculo, de una relación afectiva, entre esas dos personas. Con ello conseguimos que personas mayores que están en sus domicilios y a veces no pueden salir reciben cada semana la visita de un voluntario para hacer esas actividades, y con ello mejoramos su calidad de vida y se mantienen más activos.
¿En qué consiste el Programa Convive?
Es un programa de convivencia intergeneracional entre personas mayores que viven solas y estudiantes universitarios. Se desarrolla con el Ayuntamiento de Madrid y la Dirección General del Mayor, y las seis universidades públicas madrileñas, más alguna privada.
Se hace una valoración de la persona mayor y de los estudiantes que quieren participar, y se busca un emparejamiento para construir una convivencia donde la persona mayor no solo sea receptora de un apoyo o ayuda, sino que sea un agente activo que ayuda al estudiante a poder desarrollar sus estudios en Madrid con un hogar, un lugar tranquilo donde vivir.
Buscamos mantener la permanencia del mayor en su domicilio, su barrio y su entorno hasta que la situación le lleve a necesitar otro tipo de recurso, y a mantenerlo vinculado al proyecto vital de un joven, al que ayuda en su llegada a Madrid. A cambio de hacer actividades juntos, y de la seguridad que da por la noche la presencia del estudiante en la vivienda, el mayor le ofrece un lugar para vivir. Es un win-win entre generaciones. Hacemos unas 120 convivencias al año en Madrid.
¿No hay contraprestación económica en este programa?
El programa está financiado por el Ayuntamiento de Madrid, así como por otras entidades privadas, y no es un programa de alojamiento gratuito para estudiantes o de alquiler de habitaciones por parte del mayor. Sí hay una compensación del incremento que puede suponer en la factura de suministros la presencia de un estudiante en la casa del mayor, estimada entre 70 y 90 euros al mes, siempre que el mayor lo solicite. Es un pacto entre las partes, donde el dinero se lo abona el estudiante directamente al mayor al fijar el acuerdo de convivencia.
Se trata, además, de un programa más profundo.
Sí. Desde hace dos años, estamos desarrollando una interesante línea de trabajo con el Ayuntamiento de Madrid, que es la coordinación de todos los recursos. Antes, el Ayuntamiento tenía recursos propios o a través de empresas, y programas a los que apoyaban entidades sin ánimo de lucro. Nosotros firmamos un convenio con las entidades que desarrollan la teleasistencia en Madrid, que son Atenzia, ASISPA y Tunstall Televida, por el que los profesionales de teleasistencia detectan situaciones de soledad entre sus usuarios y les informan de estos servicios, derivándonos a personas que pudieran estar interesadas o les podría venir bien participar. Tenemos una coordinación semanal con ellos y hacemos una evaluación de lo que les ha supuesto a los mayores participar en el programa.
Es importante que todos los servicios y recursos que se están poniendo a disposición de las personas mayores lleguen mejor a esas personas y puedan disfrutar de ello.
Solidarios es una organización de voluntariado que nace en la universidad, pero ¿qué perfil tienen los voluntarios? ¿Son universitarios o hay otros perfiles también?
Inicialmente era un voluntariado universitario, pero en estos 30 años se ha evolucionado hacia un 50 % de voluntarios jóvenes menores de 30 años y universitarios, y el otro 50 %, profesionales, mediana edad, prejubilados y jubilados. El 67 % de nuestro voluntariado son mujeres, y en el caso del Programa Convive, todo son estudiantes universitarios que tienen que estar matriculados en grado o postgrado en Madrid, con perfiles de entre 18 y 35 años. El 50 % son estudiantes extranjeros, sobre todo latinoamericanos, ya que el idioma es importante para convivir. Y es un programa feminizado, ya que el 92 % de las personas mayores que participan son mujeres, y la mayoría prefiere convivir con otra mujer, por lo que más del 80 % de los estudiantes son también mujeres.
Entre los otros enfoques que tiene Solidarios también está la salud mental, que afecta de forma especial también a personas mayores. ¿Cómo se trabaja en este ámbito?
Tenemos un programa enfocado al fomento de la autonomía personal en personas con trastorno mental grave. Creamos espacios autogestionados de ocio y cultura entre personas con enfermedad mental y voluntarios. Grupos que salen en las ciudades en las que estamos: quedan en un lugar y aparecen tanto los voluntarios como las personas con enfermedad mental; y realizan una actividad que previamente han consensuado todos.
Es un espacio de seguridad, donde se busca crear un ambiente de salir, de descanso familiar y de relación donde se intenta que sea horizontal. También hay una labor de sensibilización y lucha contra el estigma.
Para que lleguen a nosotros, estamos en contacto con los recursos de atención a estas personas, a las que deriva el profesional, cuando considera que participar en la actividad puede ser positivo para la persona. Nosotros hacemos una valoración junto con el profesional y le incluimos en el grupo.