Peninsula Capital está en las etapas finales de la adquisición del grupo de salud Mentalia. Este fondo paneuropeo de capital riesgo, con oficinas en Londres, Milán y Madrid, ha presentado la mejor oferta para adquirir Mentalia Salud, una empresa especializada en psiquiatría y tratamiento de trastornos mentales graves.
La transacción, valorada en aproximadamente 100 millones de euros, permitirá a Peninsula Capital expandir su presencia en el sector de la salud mental en España. Mentalia Salud, propiedad de DomusVi, cuenta con alrededor de veinte centros hospitalarios y de día en el país.
La adquisición de Mentalia por parte de Peninsula Capital podría tener varios impactos tanto para los pacientes como para el personal:
En general, la adquisición tiene el potencial de traer beneficios significativos, aunque siempre existe un periodo de ajuste durante la transición.
Para asegurar la calidad del servicio durante la transición de la adquisición de Mentalia por parte de Peninsula Capital, se pueden implementar varias estrategias clave:
Mantener una comunicación abierta y constante con el personal y los pacientes es crucial. Informarles sobre los cambios y cómo estos afectarán sus roles y servicios puede reducir la incertidumbre y el estrés.
Implementar programas de capacitación exhaustivos para el personal sobre los nuevos sistemas y procedimientos. Esto asegura que todos estén bien preparados para adaptarse a los cambios sin afectar la calidad del servicio.
Combinar los mejores estándares de servicio de ambas organizaciones. Esto incluye la adopción de prácticas exitosas y la eliminación de procesos redundantes o ineficientes.
Establecer mecanismos de monitoreo y evaluación continua para identificar y resolver rápidamente cualquier problema que pueda surgir durante la transición. Esto puede incluir encuestas de satisfacción del paciente y auditorías internas.
Asegurarse de que la experiencia del paciente siga siendo una prioridad. Esto puede implicar mantener o mejorar los tiempos de espera, la calidad de la atención y la disponibilidad de servicios.
Ofrecer apoyo psicológico y emocional tanto al personal como a los pacientes durante el periodo de transición. Esto puede ayudar a manejar el estrés y la ansiedad asociados con el cambio.
Recoger y actuar sobre la retroalimentación de los pacientes y el personal. Esto puede ayudar a identificar áreas de mejora y asegurar que las necesidades de todos los involucrados se estén cumpliendo.
Estas estrategias pueden ayudar a garantizar que la calidad del servicio no solo se mantenga, sino que también mejore durante y después de la transición.