La pandemia de COVID‑19 puso de manifiesto la vitalidad y, al mismo tiempo, la fragilidad de los sistemas de cuidado en toda Europa. Un sector históricamente feminizado y poco reconocido, con mujeres representando más del 75 % de la fuerza laboral formal, se enfrenta a salarios bajos, formas de empleo precarias y altos riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores (Care4Care-WP5, p. 3).
División de género: El cuidado ha sido considerado tradicionalmente “trabajo de mujeres”, lo que ha relegado estas ocupaciones a bajos niveles de valoración social y económica.
Envejecimiento poblacional: El aumento de la esperanza de vida y la reducción de la natalidad incrementan la demanda de servicios de atención a mayores y dependientes.
La crisis sanitaria agravó las carencias de plantilla y los déficits en formación y equipamiento. Muchos trabajadores quedaron expuestos a jornadas maratonianas, violencia verbal y falta de equipos de protección, sin el respaldo suficiente de los sistemas de inspección laboral (Care4Care-WP5, p. 11).
El documento organiza las recomendaciones en cinco grandes áreas, con medidas tanto a nivel nacional como europeo.
Carrera profesional: Diseño de itinerarios formativos y de promoción interna para que el cuidado deje de verse como un “trabajo de entrada” sin perspectivas.
Incremento salarial: Establecer niveles mínimos remunerativos que reflejen el valor social del trabajo de cuidado.
Jornada y cargas: Revisar la Directiva de Tiempo de Trabajo para evitar jornadas excesivas; definir ratios cuidador/usuario adecuados.
Prevención de riesgos: Protocolos comunes de protección frente a agresiones y Riesgos Laborales específicos del sector.
Estatuto laboral: Trasladar la Convención de la OIT sobre trabajadores domésticos a la legislación nacional, garantizando derechos y prestaciones.
Inspección y cumplimiento: Fortalecer los sistemas de control para detectar empleo no declarado y “falsos autónomos”.
Lucha contra la discriminación: Programas de sensibilización para desmantelar estereotipos de género en el cuidado.
Vías legales de migración: Crear canales regulares de contratación internacional que protejan a los trabajadores migrantes y eviten la “fuga de cerebros” (care drain).
Cláusulas sociales: Incluir requisitos de calidad laboral en las licitaciones y ayudas públicas para servicios de atención.
Enfoque transversal: Coordinación entre ministerios de Trabajo, Igualdad y Sanidad para políticas integradas de cuidado.
Medida | Objetivo principal | Ámbito de aplicación |
---|---|---|
Carrera profesional y formación | Impulsar la promoción interna y especialización | Nacional y UE |
Aumento de salarios mínimos | Reconocer el valor social del trabajo de cuidados | Nacional |
Ratios de cuidador/usuario | Reducir cargas de trabajo y mejorar la calidad asistencial | UE |
Estatuto de trabajadores internos | Garantizar derechos laborales y seguridad social | Nacional |
Vías legales de migración | Proteger a trabajadores migrantes y evitar care drain | UE |
Cláusulas sociales en licitaciones | Elevar estándares laborales en la contratación pública | Nacional |
Hacia un cuidado sostenible y de calidad
El informe Care4Care concluye que solo una política integral, que combine mejoras salariales, formación, derechos laborales y coordinación institucional, permitirá revertir la crisis de cuidados. Sin una apuesta decidida por dignificar el trabajo con personas dependientes, la UE corre el riesgo de agravar la escasez de profesionales y de precarizar aún más unos servicios esenciales para el bienestar social.
Care4Care Consortium, “Policy proposals to improve working conditions for care workers” (WP5), junio 2024. Disponible en: https://www.care4care.net