En 2023, España experimentó una notable disminución del 7,2% en la tasa de mortalidad ajustada por edad, según el informe del Ministerio de Sanidad. Se registraron 436.124 defunciones, lo que representa 28.293 menos que en 2022. Este descenso se debe principalmente a la reducción de muertes por COVID-19 y afecta especialmente a mayores de 74 años. Las principales causas de muerte continúan siendo el cáncer, enfermedades del corazón y enfermedades cerebrovasculares. Además, el informe destaca una persistente desigualdad de género en las tasas de mortalidad y un aumento en los fallecimientos por enfermedades crónicas debido al envejecimiento poblacional. Estos datos son cruciales para guiar políticas de salud pública y mejorar la atención sanitaria en el país.
El Ministerio de Sanidad ha hecho público su informe anual Patrones de mortalidad en España, 2023, que proporciona un análisis exhaustivo sobre los fallecimientos en el país. Este estudio incluye datos sobre la distribución de las muertes por causas, edad, sexo y comunidades autónomas, así como su evolución a lo largo del tiempo. Entre los hallazgos más destacados se encuentra una notable disminución del 7,2% en la tasa de mortalidad ajustada por edad en comparación con el año anterior.
Durante el año 2023, se registraron un total de 436.124 defunciones, lo que representa una reducción de 28.293 muertes respecto a 2022. Este descenso es especialmente significativo entre las personas mayores de 74 años, y se destaca una notable disminución en las muertes atribuidas al COVID-19, que pasaron de 31.642 en 2022 a 7.940 en 2023.
Las tres principales causas de muerte durante el año 2023 fueron el cáncer, que representó el 25,5% del total; las enfermedades del corazón, con un 18,6%; y las enfermedades cerebrovasculares, que alcanzaron el 5,4%. Estas tres categorías concentraron casi la mitad de todas las defunciones registradas. En total, el 72,6%% de los fallecimientos se agruparon en las quince causas más relevantes identificadas en el informe.
Un análisis desglosado por sexo revela una desigualdad persistente: la tasa de mortalidad ajustada por edad fue un 59%% superior en hombres en comparación con mujeres. Esta discrepancia se mantuvo constante a través de la mayoría de los grupos etarios y causas de muerte, siendo más pronunciada entre aquellos de 25 a 34 años, donde la tasa fue 2,31 veces mayor en hombres.
El informe también resalta un dato alarmante relacionado con la salud mental: durante 2023 se registraron 4.118 defunciones por suicidio en España, posicionando esta causa como la decimotercera entre los motivos totales de fallecimiento. La tasa ajustada por edad fue de 8 por cada 100.000 habitantes, lo que indica una disminución del 3,6%% respecto al año anterior. Este descenso interrumpe una tendencia ascendente observada desde 2018.
A pesar de esta mejora generalizada, la mortalidad por suicidio sigue siendo significativamente más elevada entre hombres que entre mujeres, evidenciando una diferencia persistente a lo largo del tiempo.
A nivel histórico, el informe muestra una tendencia sostenida hacia la disminución en la tasa de mortalidad ajustada desde 1981. Esta tendencia fue interrumpida únicamente por el repunte observado durante la pandemia del COVID-19 en 2020. El año 2023 marca un regreso hacia los indicadores positivos previos a la crisis sanitaria.
No obstante, la mortalidad infantil se mantuvo estable con una tasa de 2,6 por cada 1.000 nacidos vivos. Sin embargo, se identificaron diferencias significativas según las causas; las malformaciones congénitas y los trastornos relacionados con el parto fueron responsables principales dentro este grupo etario.
A partir del análisis estructural presentado en el informe, se subraya cómo el envejecimiento poblacional impacta los patrones mortales actuales. Se observa un aumento progresivo en los fallecimientos a edades avanzadas debido a enfermedades crónicas y neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson. Este crecimiento es atribuible tanto al aumento en la esperanza de vida como a mejores técnicas diagnósticas disponibles.
A pesar del progreso reflejado en los datos sobre salud pública y la reducción en muertes prevenibles junto al impacto decreciente del COVID-19, se enfatiza también la necesidad urgente de fortalecer políticas relacionadas con prevención y atención médica para enfermedades crónicas. Asimismo, es crucial abordar las desigualdades existentes basadas en sexo y clase social para avanzar hacia un sistema sanitario más equitativo y resiliente.
| Descripción | Cifra |
|---|---|
| Defunciones en 2023 | 436.124 |
| Reducción de defunciones respecto a 2022 | 28.293 |
| Muertes por COVID-19 en 2023 | 7.940 |
| Tasa de mortalidad ajustada por edad (hombres vs mujeres) | 59% superior en hombres |
| Defunciones por suicidio en 2023 | 4.118 |
| Tasa de mortalidad por suicidio (por cada 100.000 habitantes) | 8 |
| Mortalidad infantil (por cada 1.000 nacidos vivos) | 2,6 |
La tasa de mortalidad ajustada por edad disminuyó un 7,2% en 2023 en comparación con el año anterior.
En 2023 se registraron un total de 436.124 defunciones, lo que representa 28.293 menos que en 2022.
Las tres principales causas de muerte fueron el cáncer (25,5% del total), las enfermedades del corazón (18,6%) y las enfermedades cerebrovasculares (5,4%).
La tasa de mortalidad ajustada por edad fue un 59% superior en hombres en comparación con mujeres, manteniéndose esta diferencia constante en la mayoría de los grupos de edad y causas de muerte.
En 2023 se registraron 4.118 defunciones por suicidio, lo que situó esta causa en el decimotercer lugar del total de fallecimientos. La tasa de mortalidad ajustada por edad fue de 8 por cada 100.000 habitantes, representando una disminución del 3,6% respecto a 2022.
El informe destaca una tendencia descendente sostenida en la tasa de mortalidad ajustada desde 1981, interrumpida únicamente por el repunte observado en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
El envejecimiento poblacional ha llevado a un aumento progresivo de los fallecimientos en edades avanzadas por enfermedades crónicas y neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
El informe refleja una mejora global en los indicadores de salud y una reducción de la mortalidad por causas prevenibles, pero también subraya la necesidad de fortalecer las políticas de prevención y atención a enfermedades crónicas.