Las residencias de mayores están viviendo unas semanas caóticas y abrumadoras. ¿Qué dirías a los trabajadores y directores de estos centros, que incluso han visto cómo se ponía en entredicho su profesionalidad?
Yo creo que hay que mostrar respeto y apoyo a las residencias de mayores para que puedan atender adecuadamente a las 400.000 personas a las que cuidan. Yo les diría que tienen que tener todos los apoyos, sobre todo sanitarios, y la comprensión de la ciudadanía.
No podemos convertir a las víctimas en culpables. No podíamos imaginar que iba a ocurrir con los más vulnerables y no se puede acusar a las residencias de mayores de no estar preparadas para esta situación porque nadie estaba preparado para un cataclismo como este. ¿Por qué a las residencias se les echa en cara?
Las residencias no son servicios sanitarios, ni siquiera son sociosanitarios: son servicios sociales, lugares para vivir y convivir. En ningún caso tienen la responsabilidad de la atención sanitaria de los residentes ni de las limitaciones y dificultades que actualmente tiene un sistema sanitario desbordado.
¿Deberían reforzar las residencias de mayores su capacidad de prestar atención médica?
Cuando termine esta crisis, valoraremos cómo debe ser el modelo residencial, en el marco del sistema de atención a la dependencia y los servicios sociales. Ahora tenemos que adaptarnos a una situación que nos toca vivir, donde, desde hace tiempo, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales está pidiendo implantar medidas de hospitalización para los residentes en los propios centros de mayores. Pero para eso es necesario que se puedan dar cuidados hospitalarios dentro de los propios centros residenciales, lo que aliviaría la presión de los centros hospitalarios. Y para garantizar ese funcionamiento, las residencias tienen que recibir el apoyo y refuerzo de personal sanitario; y tienen que recibir material, equipos de protección, tests para poder realizar aislamientos… Si no, no se podrán habilitar espacios de estos centros para atender a personas con sintomatología compatible con la enfermedad.
Todo eso que hemos pedido durante todo este tiempo, varias semanas, todavía, en muchos lugares, no ha llegado.
No llega ese material, pero en medios de comunicación vemos cómo sí están llegando por vía aérea esos pedidos. ¿Qué puede estar fallando? ¿Es un tema de coordinación o es que a las residencias no se les envía?
Yo veo que la prioridad está puesta en el sistema sanitario, y es lógico, hay que tomar medidas sanitarias igual que se han tomado medidas económicas y de empleo. Pero las medidas sociales son muy importantes para evitar todos los riesgos sociales. Por eso entendemos que en esa prioridad en el reparto de los equipos de protección y de los tests, deben entrar inmediatamente, si no a la par que los propios centros sanitarios, las residencias para evitar estas situaciones tan dramáticas y dolorosas que se producen.
Las Autoridades han intervenido las residencias en las que ha habido mayor número de contagios, casi una decena solo en la Comunidad de Madrid. ¿Qué opina de esta medida?
No conozco las medidas tomadas a partir de esa intervención. Si después ha habido refuerzos de personal médico y de enfermería, ha habido refuerzos en el material sanitario, ha habido distribución de los equipos de protección personal y se ha logrado la capacidad de poder hacer test para hacer aislamientos, entonces fantástico. Pero si solo se han intervenido, se ha puesto a un funcionario a dirigirlas y no ha habido las medidas que acabo de decir, me imagino que la situación será igual de dramática, porque los funcionarios, y yo lo soy, no hacen magia.
Algunas familias se quejan porque no pueden acceder a las residencias a visitar a sus familiares y tampoco tienen información del estado en que se encuentran. Hay centros que están utilizando la tecnología para solucionarlo, pero todavía hay incertidumbre en algunas familias. ¿Cómo puede explicar el sector a la opinión pública que una residencia de mayores sigue siendo un lugar seguro para una persona mayor?
Hay que pensar en el buen hacer y en la calidad de la mayor parte de las residencias de mayores en España. En la profesionalidad y abnegación que demuestran día a día sus trabajadoras y trabajadores, especialmente en momentos tan duros como este. Y, sobre todo, en los cuidados y el cariño que necesitan las personas mayores.
Nosotros hemos tratado de explicar a la opinión pública que hay que buscar la complicidad de la ciudadanía para que valoren ese esfuerzo y, sobre todo, reconozcan esta labor que hacen, dejándose la piel, más de 200.000 profesionales que trabajan en las residencias de personas mayores y con discapacidad.
Y creo que hay que pedir también a los medios de comunicación y a la opinión pública respeto a las residencias de mayores y recalcar la admirable labor que hacen los profesionales, así como la inmensa mayoría de los responsables, que en momentos tan complicados están gestionando una crisis que a todos nos desborda.
¿Se han sentido apoyados por las Autoridades?
Si hubiera que sacar un momento de declaraciones desafortunadas por parte de un responsable político, habría que decir que el detonante fueron las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, informando del hallazgo de cadáveres en algunas residencias cuando entró la UME a desinfectarlas. Desde ese momento, las residencias pasaron a convertirse en blanco de toda la ira de una parte de la opinión pública y en objeto de la vigilancia generalizada por parte de la Fiscalía y de la policía.
¿Cree que este daño podrá ser resarcido? ¿Qué van a necesitar las residencias cuando acabe la crisis sanitaria?
Estoy convencido que desde el día después se reconocerá la inmensa labor y el buen trabajo que han realizado los 200.000 profesionales del sector. Porque, a pesar de que vamos a vivir y estamos viviendo situaciones muy críticas y de mucho dolor y sufrimiento, los profesionales de esas residencias son los que están al lado de esas personas tan vulnerables viviendo situaciones tremendamente difíciles, acompañándolos. Y eso, tarde o temprano, se reconocerá públicamente y volverán a ser prestigiadas de la manera que se merecen. Independientemente de que, cuando esto acabe, habrá que hacer un gran debate en la sociedad de cómo debe ser el modelo de residencias que queremos para nuestros mayores.
También será el momento de recordar el recorte inmisericorde acumulado que ha tenido este país en el sistema de atención a la dependencia, de 5.864 millones de euros desde 2012 hasta ahora. Será el momento de preservar este tema como un asunto de Estado, y habrá que estar a la altura de las circunstancias.
El Gobierno central y algunos autonómicos van anunciando planes de ayuda a determinados sectores. ¿Le consta algún tipo de ayuda anunciada para el sistema de ayuda a la dependencia?
En este momento, el Gobierno central aprobó 300 millones de euros a los servicios sociales y los ayuntamientos podrían usar superávit. Es verdad que, dentro del Gobierno central, en esos 300 millones, igual que se arbitraban ayudas para ayuda a domicilio, emergencia social o teleasistencia, también se incorporaba refuerzo de personal para los centros residenciales. Cada Comunidad Autónoma estará tomando esa libertad, con decisiones de compromiso económico dependiendo de las situaciones que vayan viviendo. No sabemos en este momento cuánto dinero se ha podido dedicar a esto.