Clece fabricará 55.000 mascarillas al día para sus empleados. La compañía ha adquirido maquinaria para fabricar mascarillas quirúrgicas y autoabastecerse para no depender de los mercados internacionales. Se convierte, así, en la primera empresa de España capaz de fabricar sus propias mascarillas quirúrgicas para proveérselas a sus empleados.
La compañía ha estado utilizando alrededor de 100.000 mascarillas cada día durante las semanas de confinamiento, una cifra que en la actualidad se ha reducido a unas 60.000 diarias. Por ello, la capacidad de producción de la máquina que ha adquirido se acerca a las necesidades diarias de la compañía.
Las mascarillas de Clece son quirúrgicas de tipo II, con capacidad de filtración del 98 % y certificado de conformidad CE, por lo que cumplen con todas las garantías de protección y seguridad, lo que también reduce el riesgo de adquirir en el mercado productos de escasa fiabilidad, como ha sucedido durante los últimos meses incluso por parte de varios Gobiernos.
La estrategia de Clece para fabricar sus mascarillas requiere una importante inversión, pero la compañía lo considera “un paso importante para garantizar el abastecimiento de mascarillas para todos nuestros empleados”, como ha explicado Cristóbal Valderas, presidente de la compañía.
Además, esta apuesta por el autoabastecimiento permite reactivar la industria española, ya que la maquinaria de Clece se ha establecido en las instalaciones de Grupo Diseños NT, una empresa ubicada el Alcalá la Real, en Jaén.
Dedse Clece han destacado que la compra de esta máquina para fabricar mascarillas quirúrgicas convierte a la empresa en la primera de España con esta capacidad, en una estrategia que muchas grandes compañías quizás deberían valorar, especialmente si realizan un uso intensivo de estos materiales de protección que se han convertido en un elemento imprescindible en muchos sectores.
En el caso de Clece, su carácter multiservicios hace necesario equipar adecuadamente a los trabajadores de la compañía y preparar a la empresa para afrontar los rebrotes y un posible empeoramiento de la situación sanitaria en España, lo que colapsaría de nuevo los canales de provisión de estos materiales y dejaría en clara posición de desventaja a las empresas que no hayan valorado prepararse para esta nueva normalidad.