En los últimos tiempos mucho se habla de la Silver Economy, la llamada ‘economía de los mayores’. Un término que convierte a este grupo de población en sujetos de consumo deseados por el mercado. Pero, en paralelo, se dibuja el abismo de la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Ambas realidades son incompatibles.
Continuando con el análisis del ‘Informe 2018. Las personas mayores en España. Datos estadísticos estatales y por comunidades autónomas’, del Imserso (2021), que venimos realizando en ‘NGD’ desde hace algunos días, en esta ocasión nos centraremos en la economía de los mayores desde el punto de vista de sus ingresos.
El citado informe destaca que la renta mediana de las personas mayores de 65 años en España apenas alcanza los 14.000 euros anuales, con datos de 2017. En concreto, se queda en 13.972 euros, lo que supondría 1.164 euros mensuales. El salario mínimo en España está establecido en 2021 en 1.180 euros mensuales en 12 pagas, según Datosmacro.
Como explica el informe del Imserso, “como promedio, los ingresos obtenidos por las personas mayores españolas son inferiores a los percibidos en los países europeos”. En concreto, casi un 14 % inferiores de media, teniendo en cuenta que en Luxemburgo ingresan más de 40.000 euros al año y en Rumanía, apenas 2.700 euros. En países más similares a España, como Francia, la renta de las personas mayores se sitúa en algo más de 23.000 euros al año, casi 10.000 euros más que en España.
En general, las personas mayores ingresan menos que quienes aún no han cumplido 65 años o continúan en activo. Y sucede en la Unión Europea en su conjunto: con datos de 2017, que también incluyen al Reino Unido, el informe del Imserso cifra en un 6 % menos la cantidad que perciben los mayores. No obstante, llegados a este punto sí destaca la fortaleza de España: mientras que en países como Dinamarca, Bélgica, República Checa o Suecia los ingresos de los mayores son casi un 80 % más bajos que los de los menores, en España apenas representa un 3 % menos si hablamos de renta mediana. Algo que se podría explicar por la estructura salarial del país, cuyas nóminas son manifiestamente más bajas que en algunos de los citados países.
En este sentido, la jubilación en España apenas supone una merma real de ingresos para las personas, mientras que en otros países la diferencia puede ser abismal. Y, a pesar de ello, el sistema público de pensiones de España tiene dificultades para sostenerse a largo plazo, en parte debido, de nuevo, a los bajos salarios, traducidos en bajas cotizaciones y en menores ingresos para la Hacienda pública.
Ahora bien, estos datos ¿cómo se traducen en el mundo real? El informe del Imserso destaca que el poder adquisitivo de los mayores españoles es menor que el de los mayores de países de nuestro entorno. En concreto, un 49 % inferior al poder de compra de los austriacos y un 40 % inferior al de los franceses. Los italianos tienen un 9 % más de poder de compra que los españoles. Los alemanes, un 22 %.
“En términos generales, la renta mediana equivalente de los mayores españoles en unidades de poder de compra en el año 2017 era inferior a la de la mayoría de los países que integran la EU-15 (excepto las de Grecia y Portugal), pero superior a la de los nuevos Estados miembros de la UE-28”, destaca el informe.
La conclusión a estas cifras es que las personas mayores en España no tienen mucho menos dinero una vez jubilados que durante su vida activa, en parte porque los salarios son igual de bajos que las pensiones (o viceversa). Por el contrario, en otros países europeos se da una mayor diferencia de ingresos salario-pensión, pero en ambos casos se trata de cifras superiores en general, lo que permite un mayor poder adquisitivo.
>> Durante los próximos días seguiremos analizando este Informe del Imserso para trazar una imagen certera del sector de la tercera edad y la atención a la dependencia en España.