España ya es el segundo país con mayor esperanza de vida de la Unión Europea, solo por detrás de Irlanda. A nivel mundial, solo Japón y Suiza, además de la citada Irlanda, se anteponen a nuestro país en longevidad. Un récord que se explica por la elevada calidad de vida en España, pero que supone también un reto en cuanto a cuidados y envejecimiento activo.
De este segundo asunto ha hablado la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), que ha reclamado más programas transversales que tengan en cuenta esta necesidad para alinear la esperanza de vida con la calidad de vida. “España está experimentando actualmente un profundo proceso de envejecimiento, debido al incremento de la esperanza de vida y al descenso de la natalidad, por lo que teniendo en cuenta que el rápido envejecimiento de la sociedad es una de las tendencias más significativas en el siglo XXI que tiene repercusiones ineludibles en todos los aspectos de la sociedad, para la PMP hay que dar un paso adelante y colocarlo en el centro de todas las agendas y hacer de ello un nuevo campo de desarrollo económico, de creación de empleo y de calidad de vida”, explican.
En este sentido, la PMP ha subrayado que se ofrece para colaborar con el Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico participando en sus reuniones de trabajo para abordar este reto, que debe poner en el envejecimiento activo toda su fortaleza.
“La PMP aboga para que se potencie el enfoque de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que define el envejecimiento activo como ‘un proceso de optimización de las oportunidades de salud, seguridad y participación, con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen’”, apuntan. Para la plataforma, estos tres pilares (salud, seguridad y participación) son determinantes e interdependientes para alcanzar una mayor y mejor calidad de vida durante el envejecimiento.
En este sentido, desde la plataforma se pide una mayor participación de las personas mayores en la sociedad, la creación de un entorno digital seguro y accesible para ellos, mejorar la accesibilidad (sobre todo en viviendas) o crear ciudades amigables con los mayores.
También se trabaja para erradicar el edadismo y por fomentar la llamada Silver Economy, donde el mercado crea productos y servicios adaptados a las necesidades de las personas mayores de 55 años, uno de los grupos con mayor poder adquisitivo. “Y, en esta línea, [se] solicita a las administraciones que estudien la viabilidad y la oportunidad de la elaboración de un Libro Blanco sobre el Envejecimiento en España”, apuntan.